sábado, 19 de junio de 2010

"Perdida entre pensamientos"


Veréis, la mitad de las veces que escribo es porque me inunda la soledad. A veces nos sentimos solos a pesar de que haya personas a escasos metros de nosotros. Pero hay un dicho que dice que "no importa la cantidad, sino la calidad". Continuamente estoy pensando -más de lo que debería a veces- y llego a extrañas conclusiones que muchas veces prefiero no sacar al exterior por miedo "al que dirán".

Me gusta la soledad cuando la persona que está lejos no puede estar conmigo, o matizo, las personas (para que no lleguéis a confusiones erróneas). Y me gusta estar acompañada de mis amigos cuando éstos están cerca. Pero eso es algo obvio que todos sentimos, y quien diga lo contrario, miente.

Lo cierto es (y nos a pasa a todos) es que con el paso del tiempo maduramos. Las experiencias hacen mella en nosotros mismos y llega un momento en el que nos reímos de todo lo que anteriormente nos había parecido un mundo. Pasamos por situaciones complicadas, personas que entran en nuestra vida sin pedir permiso -y en ocasiones nos agrada bastante- y personas que se van sin ni siquiera despedirse o habiéndote dado una explicación convincente al respecto. Es ley de vida, ¿pero quién ha impuesto esta ley? Tenía entendido que la ley estaba para solucionar conflictos y para condicionar nuestro comportamiento, de manera que nuestros actos no atentasen contra la libertad o dignidad del resto de personas que tiene tanto derecho a vivir igual de bien que nosotros.

La ley cambia cuando existen demandas sociales que así lo estipulan. Las leyes cambian cuando ya no sirven al fin para el que se encomendaron. Cambian cuando la sociedad cree firmemente que no está obligada a cumplirlas, cuando ya no se les tiene respeto y cuando atentan contra la libertad del individuo. Pero, ¿alguien os ha pedido opinión para aplicar esta "ley de vida" en vuestras propias vidas?

Que yo sepa a mi puerta no ha llamado nadie para preguntarme si me parece bien... Aun así, está visto y comprobado (habla la voz de la experiencia) que esto va a ser siempre así.

Estaba estudiando y he sentido la necesidad de escribir, ¿que raro no? ;) Me relaja, me hace meditar y me hace reflexionar. Quizás en más de una ocasión me he ahogado en un vaso de agua y habéis sido vosotros -SÍ, VOSOTROS- quiénes habéis tratado de hacerme ver la realidad de otro modo. Me habéis escuchado, y yo he intentado, desde mi "falta de voluntad" por intentar entender que lo que ocurre es real, asumir que esto está pasando y que ya no hay vuelta atrás.

Como dice un buen amigo mío: "lo hecho, hecho está". Ahora toca seguir otro camino, toca coger un rumbo diferente, el que me haga llegar a lo que quiero, y a alguien que me quiera. He ahí el kit de la cuestión. Creo que ahí está clave. Aun así, seguiré necesitando vuestra ayuda.

Un besote.

María.

1 comentario:

Jorge Osma dijo...

Sí, a veces necesitamos a los nuestros para que nos hagan bajar a la tierra y ver que la vida son dos días, y por eso vamos a estar siempre ahí, los unos con los otros.

Lo bueno es que el año que viene nos podremos consolar cara a cara, bajo el ruido de los coches y el Sol de El Retiro, y no a través del Tuenti/MSN...

:)