jueves, 31 de julio de 2014

Al compás de mis latidos.




Valorar la suerte que una tiene siempre resulta complicado, sobre todo cuando no todo sale cómo nos gustaría. Pero en realidad, seamos honestos, es imposible que siempre todo salga cómo nos hubiera gustado, ya que la vida no es igual para todos, y a veces, unos tienen que perder para que otros puedan ganar.

Esto último no me sirve para los terribles asesinatos que Israel -con el apoyo flagrante de los Estados Unidos de América- está cometiendo en Palestina. A veces pienso que de nada han servido todos estos años en los que me han enseñado a confiar en el Sistema Internacional y la Organización de las Naciones Unidas; o en que la ley es igual para todos, o en el hecho de que será juzgado aquel que cometa un delito... Acaba no siendo cierto todo lo que durante años nuestra mente ha tenido que memorizar y lo que nuestro corazón ha llegado a asumir. No existe la seguridad jurídica, tampoco la seguridad internacional. Expliquémosle a un padre que ha perdido a su hijo en la frontera de Gaza por un misil israelí que ha sido suministrado por Estados Unidos, que éste último ordena y manda en la Organización de las Naciones Unidas que fue creada para velar por la paz y la seguridad internacional. Los judíos, pueblo que fue sacudido por la masacre nazi en los campos de concentración, quienes fueran foco de persecuciones, torturas y acusaciones injustas, son quienes hoy protagonizan este holocausto que día tras día se lleva la vida de cientos de inocentes. Y mientras tanto, la vida es tan injusta, que hasta para ser libre hay que tener poder. Mientras que Estados Unidos es cómplice de asesinatos diarios, la presidenta de la Asociación de Víctimas del 11M, Pilar Manjón, ha sentido cómo su libertad se veía mermada al ver desaparecer su cuenta de Twitter por decir públicamente lo que todos pensamos  acerca de esta masacre humana.

Y realmente, tras pasar una noche agradable, yo venía aquí a hablar de la vida. Tras una conversación interesante sentía que me inspiraba, me sentía preparada para hablaros de lo complicado que es a veces decir sinceramente no tanto lo que pensamos sino lo que sentimos. Pero la transparencia y la pasión me pueden, y denunciar las injusticias aun más. En todo este tiempo he aprendido a vivir cada momento, a disfrutarlo, a tener en cuenta cada segundo de la vida... porque la vida es corta, y debemos hacer lo que sentimos  y no lo que otros esperan de nosotros. Por eso, a todos los que buscáis cada día una respuesta, a todos los que pensáis en lugar de dejaros llevar, a todos los que dais vueltas a las hipotéticas consecuencias de algo sin haber dejado comenzar ese algo... Os invitaría a cambiar la estrategia. En lugar de pensar en lo que pueda ser, actuar, o de lo contrario, os pasaréis media vida -y recuerdo que es muy corta- pensando en lo que pudo ser y no fue, y en lo que por tanto pensar, nunca llegó a suceder.

La vida es riesgo, si no has arriesgado, no sólo no has arriesgado, sino que tampoco has vivido.

Buenas noches... y como decía Martin Luther King... Yo tengo un sueño, sueño con despertar un día de estos, más pronto que tarde, y que toda esta masacre humana acontecida en Palestina haya sido simplemente un mal sueño. El pueblo americano, por guerras de este tipo, sufrió uno de los mayores atentados en la historia del mundo, España pasó por algo parecido aquel 11 de Marzo... Seamos conscientes de las consecuencias de los actos, en este caso, nos atañen a todos y no sólo a un amor que quizás sea pasajero, o no.

María Núñez.

domingo, 27 de julio de 2014

Ni cuándo ni por qué.

La inspiración se presta hoy a que pueda dedicar unas líneas de mi tiempo y de mi espacio con el fin de dar rienda suelta algo que lleva días rondándome por la cabeza. 

Veréis, no sé si seré la única que siente, ha sentido o está sintiendo, que conforme pasa el tiempo y maduro, me resulta más complicado tomar decisiones de gran calibre. Cuando una decisión afecta a nuestro entorno y cuando una decisión va encadenada de otra, se hace más complejo decantarse por una u otra cuestión. 

No somos lo suficientemente libres aunque la libertad se preste a ser una garantía en nuestra Constitución, ni somos lo suficientemente sinceros para lograr decir siempre lo que pensamos. Porque a veces las decisiones ni son libres, ni son consentidas; a veces, las decisiones son impuestas, no por lo que queramos sino por lo que pensemos que pueda ser mejor. Elegir un camino u otro nos deparará un nuevo cauce que seguir, y de cada decisión se desprenden pequeñas o grandes dosis de sinceridad. 

Los retos merecen un riesgo, no por su complejidad, ya que la complejidad no es requisito único para considerar que algo sea un reto, sino por la capacidad de generar ilusión y emoción que conlleva ese reto. La vida no se entiende sin el riesgo, y el riesgo siempre acompaña a la vida, pero seamos sinceros, ¿de verdad siempre arriesgamos lo poco que tenemos o arriesgamos lo mucho que debemos? 

Quizás, nunca en tan pocas palabras pude decir tantas cosas... Ni cuándo, ni por qué. Sé cuándo fue, realmente sí, pero desconozco por qué lo fue. 

Alguien una vez me dijo que buscar siempre los por qués a todo podía conllevar a resultados adversos, no por cuestionarnos cada ápice de la vida, sino por subestimar a la casualidad de las noches y la templanza de los días.

Buenas noches... y buena suerte.

María Núñez.