sábado, 1 de diciembre de 2012

Lo esencial es invisible a los ojos.



Veréis, el otro día cuando conmemorábamos el Día Internacional Contra la Violencia de Género vi muchas caras conocidas y otras que no lo eran tanto; pero si he de seros sincera, me habría gustado ver más caras conocidas o desconocidas.

Ahora que estoy pasando por este trance de cambio, aun no sé lo que me deparará el futuro. Pero entiendo el hecho de que muchos y muchas no me entendáis porque me habéis conocido así, siendo un "ser político" y puede que os cueste imaginar que precisamente esto por lo que tanto me he desvivido, haya dejado de ser para mi una prioridad. Lo cierto es que no les culpo a quiénes no logran comprenderme pero aun así me gustaría que por un momento lo intentaran. 

Día a día veo como la ciudadanía espera más de un partido que como el nuestro estuvo en la cima. Sé que esto es una montaña rusa y que unas veces se está arriba y otras abajo, pero no sé si de verdad hemos tocado el fondo. Desde la sinceridad más extrema debo confesaros algo, algo que quizás mi abuelo lleve viendo en mí desde hace un año, algo que otros podréis estar intuyendo y algo de lo que muchos os hayáis percatado. Ese algo es la decepción, la tristeza y la desilusión que me acompañan. Y siento todo eso porque como ciudadana me siento defraudada y como militante me siento decepcionada. Como persona he llegado a sentirme perdida pero mi camino vuelve a encauzarse teniendo como coste de oportunidad el tener que alejarme de esta vida de desenfreno acumulado, esta vida política en la que tanto he currado y en la que tantas buenas personas y amigos he conocido. 
He de deciros algo y e que no todo lo que he podido conocer ha sido bueno, de ahí parte de mi decepción. Entiendo el hecho de que no se le puede caer bien a todo el mundo y mucho menos dentro de una organización política, pero todo tiene un límite, y en el momento en que todo ha comenzado a afectar a mi vida personal y académica he decidido que llega el momento de decir adiós.  Seguiré trabajando por esta sociedad desde los instrumentos que me brinden, desde mis capacidades teóricas y prácticas, y desde las cualidades que me ha brindado la vida. Seguiré siendo la misma en ideas y principios, igual de luchadora e inconformista pero desde otro "stadio". Lo haré desde ese stadio del que nunca debimos olvidarnos porque formamos parte de él: el de la ciudadanía, el de seres iguales, el de la gente común y corriente. 

Esta España en la que vivimos, llena de cambios como la vida misma, como todo ser humano, es quizás la que me haya hecho darme cuenta de algo y es que tendré que marcharme lejos para poder cumplir todos mis sueños. Porque ahora no tendré límites, ni yugos, nada que  me impida alejarme. Atrás quedaré muchas cosas pero no mucha gente porque os seguiré llevando en mi corazón. Día a día mi familia seguirá siendo la clave para superarme a mi misma, y por favor, no creáis a quien os diga que no podéis conseguir algo por complicado que parezca. 

Extrañaré muchas cosas y a mucha gente, pero será el precio a pagar por ir en busca de mis sueños. Se que mi camino siempre estará guiado por una luz que es la que cada noche aparece en mis sueños. Olivenza seguirá siendo mi rincón preferido, mi paraíso, el lugar perfecto para perderse y encontrarse, y volveré, prometo que algún día volveré. Lo imposible sólo tarda un poco más, por eso cada día queda un poco menos para hacerlo posible.

Gracias por todo lo que me habéis dado, por cada momento, cada sonrisa y cada lágrima en nuestros mítines llenos de emociones, gracias por vuestras palabras sinceras y llenas de aliento. Os espero, en aquel lugar donde tuve esa señal que hizo que me encontrase a mi misma, aquella noche, en aquel lugar, sintiendo la cálida brisa del mar bajo la luz de las estrellas. Os espero en aquel lugar donde la felicidad es posible y donde no hay sueños imposibles. Si algún día pasáis por allí, trataré de regalaros esos pedazos de felicidad que un día tuve oportunidad de sentir como propios y reales. Gracias y hasta siempre amigos, amigas, compañeros y compañeras. 

Hasta siempre,


María ;)