lunes, 23 de febrero de 2015

La mitad del cuento.

Como un piano en soledad cuando deja de sonar, así se sentía ella. 
La implacable brisa de aquella tarde de invierno sacudía levemente sobre sus mejillas. No era el silencio lo que le asustaba, sino la soledad de las palabras que cobraban vida por la intensidad con la que se pronunciaban. 

Llevaba semanas esperando aquella tenue conversación que no había imaginado tan pronto. Por momentos la inseguridad la rodeaba para advertirla de que debía tener clara una cosa: que ella era la única que decía si quería continuar el camino o no. 

Nada es predecible cuando la vida pone en tu camino a alguien que es de otro planeta. El 2015 se había antojado complicado en sus comienzos, y cuando casi estaba terminando el mes de febrero, parecía algo más negro que cuando daban esas doce campanadas. 

¿Elegiste tú estar allí y en aquél preciso instante? Tampoco ella creía haberlo hecho, pero lo cierto, es que fuiste tú y sólo tú, quien supo darle luz a esos días oscuros del mes de diciembre, a esas noches frías del comienzo de enero... 

Las decisiones colman el tiempo y el camino en la vida de las personas, a veces no hay más decisión posible que la que se toma, y en otras ocasiones, hay tantas, que acabamos por aferrarnos a la menos complicada. 

El camino sigue abierto, multitud de senderos parten de él, pero sólo contemplo uno posible.