domingo, 16 de diciembre de 2018

La vida es otra cosa.

A veces no todo el mundo te entiende. Y realmente, es normal que no todos puedan entenderte. Parecerse a los demás implicaría carecer de personalidad, y sinceramente, yo soy de las que prefiere no parecerse a nadie y tener mucho más de lo segundo. Es completamente respetable no querer tenerla y preferir llevarse bien con todo el mundo. Ojo, que no lo juzgo, tan sólo discrepo. 

Cuando estamos tan seguras de lo que queremos no hay nada que nos frene. Es por eso, quizás, por lo que el malestar de otros afecta menos. Quizás también tenga mucho que ver en eso que nuestra visión independiente de la vida nos acompañe y salga a flote, porque somos supervivientes del sistema. Y es esa supervivencia la que nos lleva a no esperar nada de nadie. Por eso, nosotros los supervivientes, tampoco queremos que los demás esperen de nosotros, ya que quien crea expectativas altas y no recibe lo que espera, tiene un problema. No dejéis que nadie, por tanto, os responsabilice de ver fracasar sus expectativas, porque son suyas, no vuestras. Vuestro camino lo habéis marcado vosotros, vuestra hoja de ruta es vuestra, y de nadie más. Cada apuesta, cada sueño y cada reto será vuestro. Si comenzáis a hacer vuestros los retos y las expectativas de los demás acabaréis haciendo lo que otros esperan de vosotros y no lo que realmente queréis hacer.

Ante esta tesitura, ¿es preferible estar o dejar pasar?
Valientemente me decantaría más por lo segundo. No se puede obligar a nadie a que esté a tu lado si no es feliz, hay ciertas cosas que no se mendigan.



En ocasiones no sé cómo canalizar tanta energía. A veces me brotan la fuerza y las ideas y me descompongo, me deshago a pedazos, me vengo abajo en un momento. Posiblemente esto tenga algo que ver con la imposibilidad de organizarlo todo de pronto, de poner orden al momento y de planificar cada historia. 

Cuando alguien espera de ti algo que no eres, o cuando pretende cambiar algo que es esencial en tu vida, sólo tienes un camino, y es el de pasar página y comenzar otro libro. Los libros marcan la vida de las personas, al menos a mí me sucede. Sucede que a veces llevo tiempo intentando comenzar una serie o un libro, pero siempre hay algo que lo imposibilita. Ese algo no proviene de nosotros, es algo así como una fuerza externa (aunque a algunos pueda provocaros la risa) que pone en el momento idóneo las palabras y las circunstancias adecuadas. Y esto sucede también con las personas. 
Hay libros que nos abren los ojos marcando con una historia bonita o simplemente especial nuestro camino; series que nos hacen cambiar el chip de la vida, de la nuestra y la general; y personas que simplemente nos hacen clic. 

Esto último, es la vida misma. 

Pero, ¿qué son las constantes caídas y la incapacidad de avanzar? ¿Qué son las trabas a nuestra supervivencia? ¿Qué son los momentos que dejan de ser especiales para convertirse simplemente en un momento más? Definitivamente, la vida es otra cosa. 

La vida es amor, la vida es valor, la vida es sueño, y tu vida, la tuya, eres tú misma. No dejes que nadie te la arrebate. No dejes que pretendan escribir tu hoja de ruta, que te instruyan en tu discurso, que modifiquen tu mensaje, que vulneren tus "tips", tú y tan sólo tú.