domingo, 10 de agosto de 2014

Una vida nueva que aprender.



Dicen que la vida es bella, que nunca es tarde para decir Te quiero, pero que a veces si es tarde para darse cuenta de lo ciegos que hemos estado durante mucho tiempo por personas que no han merecido ni siquiera varios segundos de nuestro tiempo. La vida es cuestión de reencuentros no planeados, de improvisación en los planes, de la necesidad de cambio, de la búsqueda de sonrisas y brújulas perdidas... La vida es puro espectáculo, donde los corazones se rompen y se recomponen, donde las palabras a veces se las lleva el viento y las promesas no siempre se cumplen. La vida es eso que pasa mientras nosotros hacemos planes, pero con el tiempo aprendemos a no hacerlos. O quizás sí, volvemos a tropezar una y otra vez en la misma piedra de siempre, pero cada día que pasa, sentimos que hemos dado un pasito hacia adelante, y si hemos ido hacia atrás, tranquilos, habrá sido para coger impulso. Porque siempre buscamos lo que no podemos encontrar, no siempre es cuestión de querer algo, sino del momento en qué ese algo se quiere. Y es que, todos los días tenemos una vida que aprender, un sueño en el que creer y una persona a la que querer. 

Y si el tiempo es sabio, y tiene respuestas para todo, llegará el día en que veamos como nuestros sueños se materializan, las promesas que eran de verdad se cumplen y las sonrisas perdidas vuelven a permanecer intactas