domingo, 21 de diciembre de 2014

Un beso no cambia nada... una decisión lo cambia todo.

Sucede, que a veces, alguien te produce esa chispa que a veces no todos entienden que existe, y al entrar en contacto con el cuerpo humano, comienzan a desencadenarse eso que llamamos sentimientos.  

Sí, es cierto que los sentimientos no siempre son correspondidos. A veces, una persona siente mucho más que la otra, y bajo la atenta mirada de la sinceridad, no es que se desintegren, es que nunca llegaron a existir. Y no llegaron a hacerlo porque el freno de mano lo pusieron ambos. Pero, ¿os habéis parado a pensar qué sucede cuando ninguno de los dos echa el freno de meno y la historia se alarga como si de una novela se tratase? 

Realmente, eso también sucede. Y sucede porque la cobardía en ocasiones se apodera de las personas. Se apodera de ellas llevándoles al terreno del egoísmo personal, de la inestabilidad insensible, del desequilibrio emocional... Y todos estos factores, unidos, desencadenan un trágico final de desamor en el que uno siempre acaba sufriendo más que el otro. 



A decir verdad, todos en alguna ocasión habremos estado en ambos lados, pero también es cierto, que cuando somos nosotros los que más sufrimos, nos paramos a pensar en el daño que en otras ocasiones, hemos podido llegar a producir sobre otros. Nadie elige conocer a esa persona que acaba llevándose una parte de nosotros, pero sí elegimos seguir conociéndoles o no. 

A título personal, podría deciros que si sentís que en un momento determinado ese alguien es tóxico para vosotros, lo ideal sería zanjar cualquier tipo de relación que pudiese ataros a ese alguien. Porque cuando de verdad se quiere, es cierto que cuesta decir "basta", pero una vez que se genera ese primer "basta", el tiempo pone de su parte para llevar al olvido a alguien que sin saberlo nos ha enseñado a querernos a nosotros mismos por encima de cualquier cosa. 

domingo, 2 de noviembre de 2014

Llega un día...

Llega un día en el que te planteas qué escribir, cómo hacerlo, hacia quién dirigirte... No sabes por qué, pero algo se remueve por dentro, algo que te impulsa a tomar determinadas decisiones y a llevar a cabo según qué proyectos.

Y es en ese momento cuando dejas de plantearte que necesitas lo que hasta el momento tanto habías buscado y que sin suerte habías encontrado. Porque realmente, eso llega, no se busca, tan sólo hay que estar en lugar y momentos indicados, sin esperar nada pero sin cerrarse a recibir algo.

La vida es así, un cúmulo de circunstancias donde el camino lo marcamos nosotros, sólo nosotros, con todas y cada una de las decisiones que a lo largo de ella tomamos. Y sí, pudo ser, pero si no fue, es que realmente no tenía que ser. Y ese día, te miras en el espejo y simplemente piensas: Yo puedo. Y realmente, podrás. 


María.

domingo, 12 de octubre de 2014

Nos sentimos seguros demasiado pronto.

Pasa el tiempo y nos sentimos seguros demasiado pronto. 
La seguridad es eso, no temer, sentir que todo es para siempre, que nada acaba aunque las apariencias nos comiencen a advertir de ello. Dicen que las apariencias engañan, y puede ser verdad, pero no siempre lo que parece deja de ser cierto llegado el momento. La intuición se desarrolla, juega de la mano de la inteligencia, que al compás de los latidos, comienza a dar rienda suelta a eso que llegamos a llamar sensaciones. 

Todos nos equivocamos, pero cuando el tiempo pasa sabemos apreciar que los errores son la mejor de las victorias para alcanzar la meta. Siempre hay que perder muchas veces para poder ganar una vez, porque el ciclo de la vida es eso: perder, perder y perder, para poder ganar lo que realmente llega a ser el mejor de los premios. 

Olvidar llega a ser un tópico cuando se quiere a alguien de verdad; olvidar es una quimera llena de un sueño infinito, un sueño que no es más que eso. Realmente siempre nos queda ese pedazo de esperanza desconsolada que puede ser real en un 1%. 

Ayer un amigo me decía que en la vida muchas veces todo vuelve... Y tan sólo espero que si esto tiene que volver, lo haga para dejar de ser una historia a medias con puertas abiertas en pequeños resquicios, y se convierta en una verdadera historia transparente sin tapujos, sin cortinas y sin medias tintas.


jueves, 11 de septiembre de 2014

A pesar de...

Una fuerte presión hacía efecto sobre su pecho, algo difícil de controlar. Y es que no hay más remedio para el amor que el propio tiempo que nos hace olvidar aquello que nos hace sentirnos fuera de sí. No tiene por qué existir una explicación al respecto, ni siquiera existe un manual definitivo que nos indique cuando actuar de tal modo o de otro; ni por supuesto todas las personas son iguales, ni quieren serlo. El amor nos hace sentirnos presos de algo que no podemos llegar a controlar, algo que nos invade por dentro, que acelera nuestros sentidos, que agudiza nuestras sensaciones y que pone nuestra intuición a prueba de bala. No elegimos el lugar,  ni el momento, y tampoco a la persona. Elegir en esta vida es algo que está de parte del destino, del azar de los sentidos. Elegir no es más que escoger un camino que nos llevará a caminos infinitos. Pero lo cierto es que nadie me pidió elegir por mí, y aún así, cada elección se convirtió aparentemente en una decisión madurada. Algo que sin duda poco tiene de verdad, pues ni las decisiones son casualidad ni las elecciones son tan libres como nos incita a pensar la casualidad.

Te alejas a pesar de quieres estar, quieres sentir, quieres tocar, quieres besar, abrazar... Anhelas lo que en sueños te ocurre, pero sabes que son simplemente eso, sueños.
Quieres estar lejos porque la realidad ha llamado a tu puerta y te dice que no todo es como imaginas; que detrás de esas miradas hay algo más, pero quizás no tanto como tú querrías que hubiera. 
Pasa el tiempo y nos sentimos seguros demasiado pronto, por eso, de vez en cuando, la idea de alejarse es la mejor de las acciones. 
Cuando te tiembla la voz, y el pulso, y el corazón se acelera, cuando las pupilas se dilatan y las miradas son fugaces pero intensas, cuando sentirse guapa es cosa de dos, cuando una caricia es un mundo... Cuando, cuando, cuando... Todo, acaba siendo cuestión de tiempo. 

domingo, 10 de agosto de 2014

Una vida nueva que aprender.



Dicen que la vida es bella, que nunca es tarde para decir Te quiero, pero que a veces si es tarde para darse cuenta de lo ciegos que hemos estado durante mucho tiempo por personas que no han merecido ni siquiera varios segundos de nuestro tiempo. La vida es cuestión de reencuentros no planeados, de improvisación en los planes, de la necesidad de cambio, de la búsqueda de sonrisas y brújulas perdidas... La vida es puro espectáculo, donde los corazones se rompen y se recomponen, donde las palabras a veces se las lleva el viento y las promesas no siempre se cumplen. La vida es eso que pasa mientras nosotros hacemos planes, pero con el tiempo aprendemos a no hacerlos. O quizás sí, volvemos a tropezar una y otra vez en la misma piedra de siempre, pero cada día que pasa, sentimos que hemos dado un pasito hacia adelante, y si hemos ido hacia atrás, tranquilos, habrá sido para coger impulso. Porque siempre buscamos lo que no podemos encontrar, no siempre es cuestión de querer algo, sino del momento en qué ese algo se quiere. Y es que, todos los días tenemos una vida que aprender, un sueño en el que creer y una persona a la que querer. 

Y si el tiempo es sabio, y tiene respuestas para todo, llegará el día en que veamos como nuestros sueños se materializan, las promesas que eran de verdad se cumplen y las sonrisas perdidas vuelven a permanecer intactas

jueves, 31 de julio de 2014

Al compás de mis latidos.




Valorar la suerte que una tiene siempre resulta complicado, sobre todo cuando no todo sale cómo nos gustaría. Pero en realidad, seamos honestos, es imposible que siempre todo salga cómo nos hubiera gustado, ya que la vida no es igual para todos, y a veces, unos tienen que perder para que otros puedan ganar.

Esto último no me sirve para los terribles asesinatos que Israel -con el apoyo flagrante de los Estados Unidos de América- está cometiendo en Palestina. A veces pienso que de nada han servido todos estos años en los que me han enseñado a confiar en el Sistema Internacional y la Organización de las Naciones Unidas; o en que la ley es igual para todos, o en el hecho de que será juzgado aquel que cometa un delito... Acaba no siendo cierto todo lo que durante años nuestra mente ha tenido que memorizar y lo que nuestro corazón ha llegado a asumir. No existe la seguridad jurídica, tampoco la seguridad internacional. Expliquémosle a un padre que ha perdido a su hijo en la frontera de Gaza por un misil israelí que ha sido suministrado por Estados Unidos, que éste último ordena y manda en la Organización de las Naciones Unidas que fue creada para velar por la paz y la seguridad internacional. Los judíos, pueblo que fue sacudido por la masacre nazi en los campos de concentración, quienes fueran foco de persecuciones, torturas y acusaciones injustas, son quienes hoy protagonizan este holocausto que día tras día se lleva la vida de cientos de inocentes. Y mientras tanto, la vida es tan injusta, que hasta para ser libre hay que tener poder. Mientras que Estados Unidos es cómplice de asesinatos diarios, la presidenta de la Asociación de Víctimas del 11M, Pilar Manjón, ha sentido cómo su libertad se veía mermada al ver desaparecer su cuenta de Twitter por decir públicamente lo que todos pensamos  acerca de esta masacre humana.

Y realmente, tras pasar una noche agradable, yo venía aquí a hablar de la vida. Tras una conversación interesante sentía que me inspiraba, me sentía preparada para hablaros de lo complicado que es a veces decir sinceramente no tanto lo que pensamos sino lo que sentimos. Pero la transparencia y la pasión me pueden, y denunciar las injusticias aun más. En todo este tiempo he aprendido a vivir cada momento, a disfrutarlo, a tener en cuenta cada segundo de la vida... porque la vida es corta, y debemos hacer lo que sentimos  y no lo que otros esperan de nosotros. Por eso, a todos los que buscáis cada día una respuesta, a todos los que pensáis en lugar de dejaros llevar, a todos los que dais vueltas a las hipotéticas consecuencias de algo sin haber dejado comenzar ese algo... Os invitaría a cambiar la estrategia. En lugar de pensar en lo que pueda ser, actuar, o de lo contrario, os pasaréis media vida -y recuerdo que es muy corta- pensando en lo que pudo ser y no fue, y en lo que por tanto pensar, nunca llegó a suceder.

La vida es riesgo, si no has arriesgado, no sólo no has arriesgado, sino que tampoco has vivido.

Buenas noches... y como decía Martin Luther King... Yo tengo un sueño, sueño con despertar un día de estos, más pronto que tarde, y que toda esta masacre humana acontecida en Palestina haya sido simplemente un mal sueño. El pueblo americano, por guerras de este tipo, sufrió uno de los mayores atentados en la historia del mundo, España pasó por algo parecido aquel 11 de Marzo... Seamos conscientes de las consecuencias de los actos, en este caso, nos atañen a todos y no sólo a un amor que quizás sea pasajero, o no.

María Núñez.

domingo, 27 de julio de 2014

Ni cuándo ni por qué.

La inspiración se presta hoy a que pueda dedicar unas líneas de mi tiempo y de mi espacio con el fin de dar rienda suelta algo que lleva días rondándome por la cabeza. 

Veréis, no sé si seré la única que siente, ha sentido o está sintiendo, que conforme pasa el tiempo y maduro, me resulta más complicado tomar decisiones de gran calibre. Cuando una decisión afecta a nuestro entorno y cuando una decisión va encadenada de otra, se hace más complejo decantarse por una u otra cuestión. 

No somos lo suficientemente libres aunque la libertad se preste a ser una garantía en nuestra Constitución, ni somos lo suficientemente sinceros para lograr decir siempre lo que pensamos. Porque a veces las decisiones ni son libres, ni son consentidas; a veces, las decisiones son impuestas, no por lo que queramos sino por lo que pensemos que pueda ser mejor. Elegir un camino u otro nos deparará un nuevo cauce que seguir, y de cada decisión se desprenden pequeñas o grandes dosis de sinceridad. 

Los retos merecen un riesgo, no por su complejidad, ya que la complejidad no es requisito único para considerar que algo sea un reto, sino por la capacidad de generar ilusión y emoción que conlleva ese reto. La vida no se entiende sin el riesgo, y el riesgo siempre acompaña a la vida, pero seamos sinceros, ¿de verdad siempre arriesgamos lo poco que tenemos o arriesgamos lo mucho que debemos? 

Quizás, nunca en tan pocas palabras pude decir tantas cosas... Ni cuándo, ni por qué. Sé cuándo fue, realmente sí, pero desconozco por qué lo fue. 

Alguien una vez me dijo que buscar siempre los por qués a todo podía conllevar a resultados adversos, no por cuestionarnos cada ápice de la vida, sino por subestimar a la casualidad de las noches y la templanza de los días.

Buenas noches... y buena suerte.

María Núñez.

miércoles, 25 de junio de 2014

Cuestión de buena gente.



En estos días estoy conociendo mucha gente a través de la red, retomando el contacto con muchos compañeros después de bastante tiempo, y por qué no decirlo, haciendo buenos amigos. Tengo la suerte de sentir que no soy la única extraña que piensa y emite opiniones que hace un año para algunos podrían haber supuesto una locura.

Ahora, hasta el más aparatero dice ser base, pero no es lo que digan, es lo que de verdad sean. No obstante, no es este un lugar para menospreciar a nadie, y no lo haré. Creo que lo bonito de esta situación es que todos queremos y sabemos que hay muchas cosas por cambiar, y que por supuesto, queremos cambiarlas. 

La autenticidad, la valentía, el compromiso, la capacidad de liderazgo... no es algo que surja de un día para otro, es algo que va fraguándose como lo hacen las relaciones. Nuestros abuelos se merecen ver (aunque sea desde el cielo) un PSOE libre que les devuelva la ilusión a sus nietos, sin tutelas (como dice nuestro amigo Javier) y sin que las decisiones las tomen unos cuantos para la mayoría. Esa ilusión con la que ellos construyeron algo tan bonito tiene un nombre, y su nombre es Edu Madina. Y somos muchos los que pensamos que no hay mejor representante en la lucha pro la libertad que él... 

Estos días mucha gente habla del PSOE, de su futuro, no hay un día que en la prensa no se recoja un titular que le afecte... y es que, aunque ha costado, parece ser que no ha quedado más remedio que dejar decidir a quiénes a fin de cuentas acaban poniendo al partido en su sitio en cada una de las elecciones. 

La buena gente abunda en este partido, y estamos marcando un antes y un después en la historia de la política en España en general, y del Partido Socialista en particular. Porque queremos elegir a nuestros candidatos de principio a fin, desde lo local hasta lo federal; porque no estamos de acuerdo con los aforamientos múltiples en España y deben ser algo extraordinario y excepcional; porque la transparencia de los partidos debe ser una realidad; porque contamos con el suficiente potencial y capital humano para que una persona ocupe tan sólo un cargo; porque es de buen socialista renunciar a ciertos privilegios constituidos como pagas vitalicias cuando miles de personas no tienen qué llevarse a la boca en nuestro país y el umbral de la pobreza es cada día mayor. Estas... son propuestas del compromiso que Edu Madina está brindando al PSOE, a la militancia, pero además, a la ciudadanía.

Algo está cambiando en el PSOE... ¿Te sumas?

#VamosConMadina porque el cambio lo #EmpiezasTú

miércoles, 18 de junio de 2014

Recuperando ilusiones: Gracias Edu.




Son días en los que la caverna mediática -y política- se empeñan en destruir a un PSOE que ahora más que nunca parece que va a resurgir de sus cenizas. Lo fácil es creerse todo lo que la prensa traslada. Lo fácil es creer cada titular que los medios lanzan sin ton ni son. Y lo fácil es tachar de aparato a Eduardo Madina o Pedro Sánchez por el mero hecho de ser candidatos a la vez que diputados, y por el mero hecho de contar con un recorrido político en las filas del partido. Recorrido que ambos se han ganado a base de esfuerzo, de tesón y de combatir circunstancias que quizás de democráticas, poco tuvieron.

Decía ayer Edu Madina que el no tiene que pedir perdón por ser de Izquierdas ni por ser Socialista. Que le llaman radical, y que sigue sin pensar que debe pedir perdón. Nos decía además, que no iba a dejar la política porque un par de titulares algo desagradables trataran de menospreciarle. Si otra situación nada democrática y mucho más cruenta no acabó con su vocación y compromiso político, tampoco lo van a hacer ahora quiénes mediante el insulto y la descalificación muestran su miedo ante su presencia.

Llevo siguiendo a Edu Madina desde hace años. Cuando pocos le conocían, cuando pocos sabían quien era, cuando ni siquiera era Secretario del Grupo Socialista en el Congreso. Ahí estaba yo, sabiendo que Edu, nuestro Edu, jugaría un papel importante en la "reconversión" del PSOE. 

Quiénes me conocéis, sabéis que llevo meses limitando mi tiempo en la política. Sabéis además que he dejado el cargo orgánico que tenía en Juventudes, y lo hice sobre todo porque necesitaba vivir mi vida sin que la agenda de un partido la determinase. Llevaba meses sin asistir a actos, ni conferencias ni ningún tipo de jornadas. No hice campaña en las Europeas, pero sentí que tenía que estar presente el día de las elecciones. En estas semanas de desenfreno, tan sólo ha habido alguien que ha sido capaz de sacar de mí todo eso que llevaba dentro, de llenar ese vacío político que se encontraba inmerso en mi vida. Es del País Vasco, concretamente de Bilbao, tiene 38 años y se llama Edu Madina. 

Edu ha vuelto a hacerme creer en la Política, y ¿sabéis por qué? Por ser valiente, por comprometerse en uno de los momentos más complicados del PSOE en toda su historia. Se ha quitado la coraza y espero que sea para seguirse mostrando tal y como es. 

Cada vez que a ese grupo de whatsapp que tenemos y que lleva su nombre llega un mensaje nuevo, en mi cara se dibuja una sonrisa. Y sería quizás, esa misma sonrisa, la  que tenía mi abuelo cuando escuchaba a Tierno Galván o el Felipe González de la época, devolver las ilusiones a muchas personas que también habían dejado de creer en la Política. 

Admiro a Edu, su capacidad para trasladar y transmitir tranquilidad, para generar inquietudes e ilusión... llega a límites insospechables. Por eso, me molesta que quienes no le conocéis le tachéis de lo que no es. Se la ha jugado pidiendo que todos pudiésemos votar, que sí, que muchos llevamos mucho tiempo pidiéndolo, pero él fue valiente y lo dijo, aun sabiendo que se la estaba jugando. No puedo entregar mi voto en este momento a otra persona que no sea él, y no puedo hacerlo, porque me siento en deuda con él: me ha devuelto la ilusión y las ganas de seguir trabajando para construir una sociedad más justa, más igualitaria y sobre todo, más libre.

Por eso... Yo voy con Edu Madina :)

María Núñez.

sábado, 14 de junio de 2014

Lo mejor está por llegar.

Si El Principito que lo presidía pudiese hablar, convencido diría que no era más que un blog semejante a cien mil otros. Y aún así, seguro que hoy todavía muchos lo recuerdan. Molinos de Papel no era más que un blog de aspecto oscuro que hablaba de otros cien mil tipos tan oscuros como el: un tal Ian Curtis, algún Iggy Pop... Quizá un Doctor Deseo. 

Pero de lo que de verdad hablaba era de los rincones oscuros de nuestra historia: de aquella oscura guerra a la que nos arrastraron la absurda codicia de oscuros hombres; de una banda de hombres oscuros que en el intento de matar por todo acabaron matando por nada. 

Con los años aquel blog -semejante a cien mil otros- se convirtió en referencia para muchos, en lugar de obligada visita y, quizá entonces sin saberlo, en la pieza indispensable que acabó de soldar unos valores que solo más tarde fui capaz de asociar con las siglas del Partido Socialista.

Ningún Che Guevara descafeinado, por tanto. Fue el dueño de un Molino de Papel -un tal Eduardo Madina- y aquella legión de visitantes anónimos con quienes muchos aprendimos que no estábamos solos. 
Lo mucho que nos une frente a lo poco que nos separa.

Después de un largo periodo de ausencia, hoy se abren de nuevo las ventanas de aquel Molino de Papel. Ventanas que arrojan luz y aires nuevos. Ventanas que muchos, desde los años oscuros, esperábamos impacientes.

Es verdad, no era más que un blog semejante a cien mil otros pero yo crecí con él y siempre será único en el mundo.

Fuerza Edu. Fuerza compañero.


Escrito de Patricia Hidalgo Montenegro, Politóloga y especialista en Marketing.

domingo, 25 de mayo de 2014

Tengo motivos para hacerlo.



Aun sin saber los resultados en el resto de la región, ni siquiera en el resto del país, me aventuro a decir que en Olivenza, el Socialismo hoy sonríe. Sobre todo, no es que sonriamos quienes militamos, sino quiénes de nuevo nos han otorgado su confianza en las urnas, y quienes han creído que llegaba el momento de volver a confiar en nosotros. Esos que probablemente estuvieron lejos porque nos olvidamos de lo que era la izquierda (en parte), y esos que están ahí porque saben que de los errores se pierden y llevamos muchos años tratando de enmendarlos.

Aun quedan muchas cosas por hacer, y de hecho, la abstención ha sido alta, pero puedo deciros que hoy me siento orgullosa de mi pueblo y de quiénes hayan ido a votar lo hayan hecho con conciencia. Siempre digo que el tiempo lo devuelve todo y que no se queda con nada de nadie, y creo que nos merecíamos este triunfo en la localidad para volver a reunirnos y celebrar algo juntos. He visto caras de alegría y felicidad, he sentido el compañerismo durante toda la jornada, y sobre todo, me he acordado de mi abuelo, ya que si estoy aquí y si sigo estando aquí es por él.

Gracias a quiénes habéis hecho grandes esfuerzos por ir a votar, a esas personas mayores que no se olvidan de su compromiso con las urnas pese a tener dolores todos los días, a mi abuelo, por concederme de nuevo, un año más, el placer de llevarle a votar a pie de urna, a mis vecinas por no olvidarse de todo lo que hicieron sus padres y por no tener pelos en la lengua y decir lo que votan, y sobre todo, a Olivenza, por devolverme una pequeña pizca de ilusión.

Estoy algo lejos, pero no me he ido. Y quiénes de verdad me conocéis, que no sois tantos como os pensáis, sabréis que no me he ido a ninguna parte, sino que simplemente estoy reconstruyendo mi vida. Decidí tomarme un tiempo, y lo seguiré haciendo porque creo que es sano para mí y nada tóxico para mi vida, pero estaré la primera en las asambleas, para hablar de Olivenza, para hablar del PSOE y para hablar de la necesidad de cambios regenerativos en la Política. Tenemos que reescribir la historia del PSOE en Olivenza, y yo estaré cerca para seguirlo intentando.

Recordad, no me he ido, sigo aquí, y con pasito lento y con diálogo, continuaremos esta andadura, gracias Olivenza, abuelito, espero que hoy de nuevo hayas sentido ese orgullo de saber que las urnas están llenas de puños y rosas.

Te quiero,

María. 

miércoles, 7 de mayo de 2014

El cielo tenía dos colores.

Hoy el cielo tenía dos colores. Un extraño color rojo agua conspiraba contra el azul fugaz que acompañaba a las nubes. Quizás el cielo haya sido parte del entramado de este día con sonrisas fugaces. Las sonrisas fugaces, al igual que las estrellas, vienen y van, pero no avisan. La diferencia entre ellas es que por las sonrisas nadie pide deseos, mientras que por las estrellas sí. Al igual que cuando vemos un avión en el cielo pensamos "alguien estará pensando en mí", podemos a llegar a pensar esa frase cientos de veces mientras conducimos solos al volante.

La carretera parecía infinita, pero la realidad es que como ocurre en la vida misma, todo tiene un principio y un fin. Y a veces el principio llega sin que nos demos cuenta o sin esperarlo, y la mayoría de las veces, el fin llega antes de lo que nos gustaría, cuando por fin estamos asentando los pies sobre la tierra. El sol sale y con la misma se va, pero estamos en primavera, y pronto llegará el verano, y será cuestión de tiempo volver a recuperar aquello que nos hace ser seres un poquito más alegres. 

Nada es para siempre, dicen por ahí. Aunque para siempre es aquello que transformamos cada día pero siempre para mejor, y para "no siempre" es aquello que sabiendo que hacemos mal nos negamos a cambiar. El otro día un profesor nos hablaba de la necesidad de hacer el día a día más simple en las empresas de la mano del liderazgo. Y es que, el camino de la vida es como una carretera, nunca sabes qué vas a encontrarte, ni cómo estará el cielo, o cómo será el tránsito, si habrá obstáculos o no los habrá... El corto plazo es cada kilómetro, cada día, y nuestro largo plazo es el destino, y por tanto, cada sueño. Trabajar de manera simple y constante en el corto plazo nos lleva a alcanzar los objetivos del largo plazo con más facilidad. Golpe a golpe... y paso a paso. Que nada es para siempre, ¿y qué? Si alguien se va es porque realmente no tenía que estar. 

Construir nuestro camino nos hace libres, hagámoslo.

María.

jueves, 1 de mayo de 2014

La estrella de los tejados.



Hace un año por estas fechas daba comienzo la cuenta atrás en mi cronómetro particular. Un mes después, pondría fin a mi etapa en Madrid. Estaban por pasar muchas cosas, unas mejores y otras que no lo serían tanto. Idas y venidas, puntos seguidos, puntos y a parte, y puntos finales. Pero yo estaba feliz, y el motivo estaba bien claro: Volvía a mi tierra a continuar mi vida, dando comienzo a una nueva etapa. 
Y atrás quedarían los domingos en Plaza España, el Parque del Oeste o el Retiro, o esos tan distintos que pasaba observando los inmensos paisajes de Extremadura desde el tren cuando iba camino de Madrid.
Atrás quedaba correr para no perder el autobús y llegar tarde a la universidad o a un examen, mis paseos por la villa, cafés en mis rincones preferidos, reuniones en Ferraz o actos inmejorables con compañeros, pero sobre todo, con amigos.

Madrid es esa ciudad que te otorga la oportunidad de poder ser tú misma, un lugar en el que a veces todo es frío si no se aprenden a apreciar las pequeñas cosas. En Madrid pude conocer lo mejor de mí misma, aprendí a dar valor a lo que quiero y a quiénes quiero, y sobre todo, a valorar el sentido de las oportunidades. 
Al volver sentía que tenía que recuperar esa vida que dejé atrás cuando decidí que mi etapa universitaria quería vivirla fuera de Olivenza, lejos de Badajoz, y fuera de Extremadura. Y mirad, como cambia la vida, volví queriendo tener a mi familia cerca, compartí con ellos un gran verano, pero poco a poco fui sintiendo que había cosas que jamás volverían a ser cómo antes. 

Mi tío luchaba cada día pensando que la vida, su vida, debía seguir hacia adelante. Yo confiaba en él, en que podía conseguirlo. Hace un año por estas fechas, cuando apenas quedaba un mes para acabar mi carrera, me preguntaba: "¿Y ahora que vas a hacer?", y si os digo la verdad, no recuerdo cuál fue mi respuesta, ni siquiera yo lo sabía. Dejé pasar el verano, y a principios de septiembre decidí que mi nueva etapa comenzaría en la Universidad de Extremadura. Creo que fue una decisión acertada, pues a pesar de agotarme física y psicológicamente a veces, puedo decir que soy feliz. 

Hace justo dos meses esta felicidad se vio truncada, no sólo para mí, sino para mi familia. En un día como el de hoy, el 2 de marzo, a mi abuela le daba un infarto y por última vez podía compartir un ratito de mi vida con mi tío. Aun a día de hoy se me hace extraño saber que no volveré a verle. Qué complicado es sentir que quiénes más te han querido no volverán... Es una sensación que por mucho que lo intente jamás podré explicaros. Veréis, esa tarde me miró y me dijo: "Estás loca", y yo asentí, apenas sabía que decirle, trataba de aguantar mis lágrimas, tan sólo le miré, sonreí y le di muchos besos. Sentí que ese sería el último abrazo que le daba, con la mirada traté de recordarle cómo lo que había sido, y la imagen de lo que fue no tardó en aparecer en mí retina. 
Me despedí mientras me decía: "Disfruta de la vida, que es muy corta". Mi tía me miraba, y no decía mucho más. Yo sentía que tenía que irme de ese lugar, odio los hospitales, pero a la vez, quería pasar más tiempo con él. Sentí que todo el tiempo que había pasado a su lado había sido poco, que nunca le había dicho que le quería, y de hecho no se lo dije, ¡qué tonta fui dios!. ¿Pero cómo le explicaba por qué quería despedirme de él? No podía hacerlo. Él quería seguir luchando, y lo hizo hasta el último segundo de su vida. Mientras me iba me decía: "Nos vemos la semana que viene si Dios quiere", y nunca más lo vi vivir.

Hoy no ha sido un día fácil, y por eso quiero aprovechar cada segundo de mi vida. Si estuviera aquí, estos días me habría notado feliz, me habría preguntado por qué, y seguramente, yo se lo habría contado. Trato de valorar lo que tengo cerca, mi tiempo es oro pero al lado de quien se quiere pasar, pasa rápidamente y siempre estamos dispuestos a dar más. Quizás me esté ocurriendo algo parecido, aunque no sé si a él le ocurrirá lo mismo.

Feliz Día de la Comunidad de Madrid a todos los que seáis madrileños y disfrutadlo quiénes tengáis la suerte de vivirlo de cerca. Yo elegiría el Retiro para pasar parte del día, el Palacio de Cristal es una de mis fuentes de inspiración.

Buenas noches,

María. 

domingo, 27 de abril de 2014

Quédate a mi lado.



Gran cantidad de veces me he parado a pensar por qué tuvo que ser él y no otra persona. Él apareció cuando mi vida más estaba cambiando, cuando ese punto de inflexión hizo su efecto de lleno. Siempre será especial por todo lo que supuso conocerle, no sólo por él mismo, -algo que en sí ya es tremendamente especial-, sino por el entorno y lo que pude aprender de los pequeños detalles. Y pasa el tiempo, y pasan los días, y todo acaba sucediendo con la presión directa de un efecto desencadenador. Sabía que el mundo era un pañuelo, que todo es imposible hasta que sucede, y que lo imposible sólo tarda un poco más. 

Y por eso, ese algo que resultaba ser imposible, comenzó a surgir como si de una leve sintonía se tratase. Las palabras fluyen, los minutos fluyen y el tiempo transcurre con ello. Y es que el tiempo tiene respuestas para todo, incluso para todo aquello para lo que meses antes no las hubiésemos encontrado. Quizás sea complicado, pero creo que merecerá la pena. Siempre que he visto que algo era tan imposible como para haber acabado con mi paciencia, he decidido dejar ese barco para seguir sola mi camino. Y las oportunidades son eso, son el medio de transporte que nos llevan a cualquier lugar. O bueno, no se trata de cualquier lugar, se trata de ese lugar con una persona en concreto. 

No tenéis por qué conocer todavía ese lugar, y mucho menos esa persona, pero si creéis en vosotros mismos, y dais verdadero valor a todo lo que sois, es más que probable que tanto el lugar como la persona, estén de camino. Y el camino podrá ser corto o largo, pero es a fin de cuentas un camino por el que probablemente haya obstáculos que saltar. 

Porque los obstáculos se saltan cogiendo carrerilla y no corriendo en dirección contraria.

Hay días en los que a pesar de salir el sol, la niebla se apodera de nosotros, quizás sea uno de esos días, pero será cuestión de tiempo, y el cielo se irá despejando poco a poco, cada día más. Y cada día, desde hace varias semanas, el sol comienza a salir, unos días más que otros, pero no deja de salir.

sábado, 19 de abril de 2014

Lo difícil se hace fácil, y lo fácil resulta complicado.

En ocasiones quizás nos complicamos la vida. Y digo en ocasiones, porque cuando tratamos de dar consejos a alguien se hace efectivo el dicho: "Consejos vendo que para mí no tengo". Y es en este sentido, cuando quizás, tiempo después, en el momento que deberíamos poner en marcha esos consejos tan sabios que nos atrevemos a dar a quiénes nos rodean, nos demos cuenta de que a veces lo fácil resulta complicado, y lo complicado es más fácil de lo que pensábamos de primeras. 

Llevaba días queriendo escribir sobre algo, pero no había encontrado las palabras exactas para hacerlo. No encontraba las palabras concretas para maquillarlo lo suficiente, ni las reales para hacerlo lo más natural posible. Buscaba un término intermedio, es que hoy, días después, estoy pudiendo utilizar. 

Aprendí, aunque a veces me sigue costando, a mirar las cosas en perspectiva. Un amigo en Madrid siempre me decía que el tiempo tiene respuestas para todo, y es cierto. Si todo se mira en términos absolutos llegamos a volvernos locos, a cambiar de opinión cada dos por tres y a volver locos a quienes tenemos alrededor. ¡Con lo fácil que es llevarse bien con la gente cuando uno va de frente! Y sí, además, resulta fácil cuando el problema es de otros y no nuestro. Pero en este caso, que no hablo de otros sino de mí, estoy siendo capaz de mirar en perspectiva cuando en otro momento de mi vida me habría sentido tocada y hundida. 

Los tiempos cambian, la manera de ver las cosas también, y quizás sea ahora cuando surtan efecto aquellas noches de Buhardilla en las que pude conocer tantas y tan buenas personas que a día de hoy son importantes para mí. Será ahora cuando surtan efecto aquellas conversaciones entre música y melodías de Carnaval de fondo, o las que tenía con diferentes personas en los descansos del López. O será ahora cuando las estrofas de Tino Tovar me hagan pensar de verdad en términos relativos. No sé si será todo eso, o si no será, pero de lo que estoy segura es de saber qué quiero, y no es precisamente complicar lo que es fácil ni mucho menos, complicar aun más lo que ya es complicado. 

Dar valor a las personas no supone hacerles la vida más difícil, sino en la medida de lo posible facilitarles lo que está en nuestra mano. Y entre el tiempo, las palabras y los hechos, descubriremos todo lo demás. Porque la vida es bonita para ser vivida, pero no para lamentarse de lo que podría haber pasado y nunca pasó. Sin rodeos, sin mareos, y sin necesidad de subirme a una noria ficticia, creo haber dejado claro todo lo que quería dejar claro.

Buenas tardes, y a todos, buena suerte :) 

María. 

sábado, 5 de abril de 2014

Noches de vino y rosas.


Como aquella llamada que esperabas pero nunca llegó,
como aquel beso que sentiste por primera vez y quisiste volver a sentir, pro nunca llegó...
como las nubes cuando pasan, pero nunca vuelven a ser las mismas,
como los sueños, que parecen reales, pero acaban por desvanecerse,
como las hojas que caen dejando atrás el verano y dando paso al otoño...
como las oportunidades que van y vienen, pero nunca vuelven a ser las mismas,
como los trenes, los aviones y los barcos,
como las olas del mar,
como nosotros, como tú, como yo...
como aquel recuerdo que no quiere decirte adiós,
como el último beso, el último abrazo, la última mirada,
como aquella tarde, aquella mañana y aquella noche...
como la vida misma, que única y pasa sin más...


Aquél día prometí seguir mi camino sin mirar atrás. No siempre he podido cumplir esa promesa, hay veces que mirar atrás me ha permitido recordar por qué llegué hasta aquí.

Estas infinitas noches de vino y rosas son algo más que eso. La reflexión embauca las mentes, y tan sólo basta  con hacer un simple "clic" para que todo vuelva al punto de partida. Un punto de partida difuso, un camino con niebla, y una meta que parece no llegar.



Como si de una carrera en el desierto se tratase, así es la vida, algo difuminada en ocasiones, como una foto con filtro de instagram, o como el mensajes que esperabas pero nunca llegó, o la llamada que ansiabas pero nunca llegó... o el beso con soñabas, pero nunca llegó. Es tal vez esa persona con la que sueñas, de la cual conoces su nombre, su cara, su vida al completo, su esencia... es esa persona la que decide entregarte muchas de estas cosas que "nunca llegan". Y cuando lleguen, quizás sea porque esa misma persona que bloqueaba nuestra mente, ha decidido seguir su carrera en el desierto sin esperar por nosotros; y será tal vez en ese momento, cuando el punto de partida deje de ser difuso, el camino deje de tener niebla y cuando por fin acabe por llegar la meta.



lunes, 31 de marzo de 2014

Tengo tus pasos perdidos.




Siento una extraña presión, y no quiero sentirla. Esta presión que a veces me invade por dentro sin ni siquiera avisar de que ha llegado. Y ahí apareces tú, sin llamarte, sin pedir permiso... Y de nuevo, vuelvo a sentir que mis pasos están más perdidos que antes de conocerte. Me pregunto cuánto tiempo tendré que seguir sintiendo todo lo que no quiero sentir cuando de repente una de tus fotos irrumpe sin más. Y esa mirada, ¡joder! esa mirada que desde antes de conocerte tanto sentí que me transmitía. 

Y lo peor, es que siento que estoy siendo cobarde porque no me dejas ser valiente. No te he pedido nada, tampoco quiero pedirte nada, he entendido que las palabras no son más que palabras, y los recuerdos no serán más que recuerdos. Pero yo no soy de piedra, y es inevitable recordar lo que para mí sí ha sido importante, y por eso hace unos días decidí que aquella foto, nuestra foto, no cabía en este momento en ese pequeño rincón de mi habitación que dedico a las personas importantes para mí. Espero algún día tener la valentía de volver a colgarla, ese es su sitio y ninguna lo va a ocupar, pero mientras tanto esperaré que el tiempo sepa darme las respuestas que tú mismo no me diste. 

Te mentiría si no te dijese que te echo de menos, esos gestos que sólo tú tienes, esa mirada que embauca aunque me proponga que no... pero te echaré de menos sin mirar atrás. Quiero pensar que de nuevo, todo vuelve a tener una explicación que con el tiempo comprenderé, porque como dice mi amigo Víctor, lo mejor está por llegar. 

Si en un mismo problema, y dando las mismas respuestas, nunca encontramos la solución, quizás sea porque las respuestas que creímos válidas para el problema, tienen que ser cambiadas. Con o sin pasos perdidos, llega el momento de cambiar las respuestas y solucionar los problemas. Y si hay momentos que sentimos que nunca llegan, quizás sea porque al idealizar las personas, creamos un clima equivocado de una situación poco acertada. Nunca podemos decir que "sea la última vez", pero tal y como sucede cuando un teléfono suena y nadie responde, quizás llega ese momento en que el teléfono vuelva a sonar y sea la última vez que alguien no responde; y quizás suceda eso, porque esa vez si exista alguien "al otro lado".

Canciones, recuerdos, miradas, ¡qué más da!, no acaban siendo más que pasos perdidos.

domingo, 30 de marzo de 2014

La frontera de la indecisión.

En Marketing nos enseñan muchas cosas, entre ellas, todos aquellos elementos que hacen que en el consumidor se produzca un estímulo del tipo que sea, y que estos estímulos sean influenciables en el proceso de decisión de compra.

Un olor es algo que el cerebro de una persona siempre asocia a algo, ya sean personas, experiencias, vivencias, ciudades, recuerdos, incluso situaciones. Pero he descubierto algo, aunque a decir verdad era algo que ya sabía. Dicen que el olor es el más potente de todos elementos que pueden utilizarse para estimular algo; y ojo, que puede ser cierto y fácilmente demostrable si hacemos un experimento con personas y les preguntamos a qué les recuerda tal olor. Pero, algo que no quería dejar pasar en este espacio, es algo que quizás os ocurra a todos cuando alguna vez escucháis una canción, una melodía, o quizás tan sólo un par de acordes de una música que ha significado y significa mucho para vosotros. Y en realidad, eso es lo que me sucede cuando escucho esas primeras letras, mientras el comienzo de esa melodía hace que las sensaciones de aquellos días se reencarnen en mí por momentos. 

Es algo complicado de explicar, algo difícil de describir, es mejor sentirlo. Es algo así a cómo cuando tratas de explicarle a alguien lo que se siente cuando unas extrañas mariposas comienzan a recorrer tu estómago, o como esa culebra simulada que sube y baja por el cuerpo y hace que te conviertas en un ingenuo entregado a un amor que no sabemos primero, si existe, y segundo si es o podrá ser recíproco algún día. Y es que, al igual que estas sensaciones tan extrañas que os he comentado, escuchar una canción o tan sólo una voz, y que te recuerden a algo o alguien, es algo que como el amor, tampoco se elige. En esta vida podemos elegir muchas cosas, pero eso NO.


Del mismo modo, tampoco podemos elegir determinadas situaciones que suceden, situaciones que no pueden ser controladas por nadie, o al menos, no por nosotros mismos. Y en ese cúmulo de sensaciones que se agolpan frente a nosotros como si nos encontrásemos entre una espada y la pared, nada esa extraña presión que nos lleva a la locura más extrema, esa locura, que sin pensarlo, nos hace entregar parte de nosotros mismos a algo que deseamos con mucho ahínco. Y es que las canciones son eso, letras plasmadas en música que siempre tienen un por qué, que no nacen de la nada, sino que nacen de la experiencia. Y cuando una canción llega a suponer algo para nosotros, incluso algo tan fuerte como es el hecho de que nos imaginemos y revivamos ese primer momento en el que la escuchamos, el autor habrá cumplido su cometido: Trasladarnos esa misma sensación que fue la que le impulsó a escribir. Por eso, aunque un olor sea algo único que evoca mil y una sensaciones y recuerdos, la música es capaz de traspasar las fronteras de los sentidos, llevándonos al paraíso dónde el recuerdo puede volver a ser real, porque sin quererlo y sin elegirlo, es capaz de traspasar incluso la frontera de nuestra indecisión. 


lunes, 24 de marzo de 2014

El puzzle de la vida.



Estas semanas he sentido que tenía historias abiertas y que te debía muchas cosas. Aun tengo que ir a recoger el puzzle que me hiciste. Recuerdo el día que te lo llevé y te dije: "No lo quiero, te lo puedes quedar." Pero cuando lo vi acabado pensé: "¿Cómo no me lo voy a quedar?". Tú que con tanto cariño ponías cada pieza, que con tanta ilusión abrías cada caja con puzzles nuevos, componiendo una historia que como la historia de nuestras vidas, sabemos cuando empieza pero no cuando termina. 

Y entre pieza y pieza, cada historia iba cogiendo forma, tú ibas poniéndole color. Recuerdo aquel día que llegaba de la universidad y tú estabas allí, frente al televisor, con el brasero puesto, tus gafas, y tu tablet al lado de la mesa. Estabas empezando un puzzle nuevo, buscando las esquinas, "porque así es más fácil", me decías. Intenté ayudarte, pero he perdido práctica con esto de construir historias. Mírame, todas me salen mal; y tú mientras, llamándome loca porque no paraba quieta en Olivenza y mi coche lleva más kilómetros a las espaldas que cuando papá lo tenía. Un día te dije que Badajoz era como mi casa, que allí me sentía bien y que mis amigos y el Carnaval eran pieza más que imprescindible para eso. La tarde que te dije que me iba a Cádiz me dijiste: "¿Pero a qué vas?" y te respondí: "A vivir la vida". 

¿Sabes? Yo también estaba preparando un regalo para ti, un regalo que nunca podrás tener porque no me dio tiempo a acabarlo. Quería que tuvieses algo mío, o que al menos, hubieras podido escucharla. Si hay algo que sé hacer bien y con lo que me siento segura es escribiendo y componiendo letras que no tienen por qué sonar más allá de las cuatro paredes de mi casa... Creo que pocas veces me escuchaste cantar. De hecho, creo que no estabas aquella tarde, cuando el año pasado por estas fechas (dentro de cuatro días) le cantaba al abuelo la canción que compuse para él, para celebrar su 88 cumpleaños. Y este año nada será lo mismo el 28 de marzo, nos faltarás tú, nos faltará tu humor, esa esencia tuya que a pesar de ser un cascarrabias a veces tenía tanta bondad dentro. 

Te confieso algo, temo el momento de ir a recoger mi puzzle, siempre me recordará a ti, y es por eso por lo que quiero tenerlo, porque a pesar de que siempre fue mío, fuiste tú quien construyó esa historia. Llevo días soñando contigo, despertándome intranquila, con algo que no me deja descansar. No sé si tienes algo que decirme, algo de lo que "alertarme", pero si es así, prefiero que en ese sueño te acerques a mí y podamos hablar, mirándonos a los ojos como aquella última vez. ¿Sabes? Me ocurre algo extraño, pienso que de un momento a otro aparecerás por cualquier esquina con cualquiera de tus bromas, que me cogerás fuerte para darme uno de esos besos que tanto picaban cuando era pequeña, que me dirás lo majareta que estoy por todas las locuras que hago... y que me volverás a preguntar de qué es el máster que hago y por qué empecé a estudiarlo. Necesito una de esas conversaciones, pero sobre todo, necesito ese sueño para sentir de nuevo uno de tus abrazos. Creo que nunca te dije que te quería, pero sé que te fuiste sabiéndolo. Perdóname si en los últimos días no fui a verte todos los días, me dolía tanto verte así... que prefería recordarte como lo que eras. Has dejado huella, sigue mandando fuerzas, me llega cada día la motivación, pero no está siendo fácil. 

Te queremos, mucho. 

La voz de Suárez se apaga.



Me he levantado como cada mañana, y he comenzado mi rutina, responder un par de mensajes en el móvil, subir la persiana, abrir la ventana y poner a tono mi habitación con un fresco olor a plátano suave. Llega mi padre a desayunar, rara vez coincidimos, y cuando he encendido la televisión, me encuentro la imagen de tres hombres que han formado parte de la historia de este país, España. 

La imagen de Felipe González, Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, en conjunto, me ha sorprendido. Creo que nunca les había visto juntos, al menos, no de esta manera. Esta vez faltaba Suárez, pero en realidad estaba allí, en realidad siempre estará aquí, porque el espíritu de la Transición hacia la democracia permanecerá siempre vivo en España. 

Me recorría una extraña sensación por el estómago, tenía un nudo en la garganta y las lágrimas caían levemente. Ésta, es una de esas cosas que no pueden controlarse. No tuve el placer de conocerle personalmente, ni siquiera escuché en directo ninguno de sus discursos, pero mi madre siempre me ha dicho que este señor, Adolfo Suárez, fue clave en la Transición, fue honesto, honrado, y digno política y personalmente. Recuerdo esas imágenes de hace unos años en las que paseaba con el Rey por los jardines de Palacio. El Presidente le decía "No sé quien eres", mientras el Rey respondía: "Tu amigo". 


Paradojas de la vida, millones de personas le recordaremos siempre y él se ha marchado sin recordar quién era. Decía su hijo Adolfo hace unos días, que su padre no había dejado de sonreír en ningún momento. Nunca sabremos que le pasaba por la cabeza, pero siempre tendremos en la mente ese "Puedo prometer y prometo" que está presente en la mente de España y los y las españolas. 

Quizás nunca le hubiese votado, o quizás sí. No lo sé. Pero estoy segura de que hubiera sido emocionante haber podido conocerle. Es parte de la historia de mi país, de la democracia, y sobre todo, parte de esta historia de la Transición de la que mi abuelo también formó parte. La Política cuenta con muchos héroes, algunos que como Suárez son conocidos, y otros que son héroes anónimos que sólo unos pocos conocemos. Mi abuelo fue uno de esos héroes anónimos, tal como su padre lo había sido. No hay nada más gratificante en política que se te reconozca algo positivamente, y ese es el mejor de los regalos. Porque la política es complicada, y sino, que se lo digan a Suárez, quién de manera digna y valiente dimitió y dejó la Presidencia del Gobierno porque no encontraba la clave para reconciliar a la ciudadanía y a su partido. Se fue creyendo que no podía hacer nada más porque lo había intentado todo; casi sin recibir nada a cambio. Sus últimos meses en la Presidencia fueron algo parecido a un calvario. La oposición era dura, el pueblo estaba descontento, era inconformista, y a Suárez se le acaban las ideas y el entusiasmo porque sentía que no llegaba al pueblo que se lo había dado todo pero que también se lo estaba quitando casi todo. Al tiempo todos comenzaron a reconocerle sus éxitos, su esfuerzo, su talento y su talante, y esa quizás haya sido la mejor de las recompensas. 



Su memoria se iba quedando sin recuerdos poco a poco, ha debido ser duro y triste, tener delante a quien tanto ha aportado a este país y que ni siquiera él mismo lo supiera. Pude despedir a Carrillo en Madrid el año pasado, me hubiera gustado poder despedir a Suárez de la misma manera. Creo y espero, que quiénes en un futuro se dediquen a la política, lo hagan con la misma entrega, al margen de no compartir ideas políticas, con la que este señor se ofreció en cuerpo y alma a la ciudadanía y a nuestro país. Las grandes personas nunca mueren por muy lejos que se vayan, y a pesar de que su voz se haya apagado, permanecerá intacta entre todos nosotros.

Hasta siempre Presidente.




lunes, 17 de marzo de 2014

Los tiempos, los amigos y las reformas.

Hoy comenzaba mi día, de nuevo conduciendo hacia Badajoz. La Cadena Dial me anima las mañanas, entre canción y canción siempre da tiempo a pensar qué haré durante el día, cuántas tareas me quedan, y si habrá mucho tráfico en el Puente Real para no llegar más tarde de lo que ya voy a menudo. 

Quizás muchos penséis que estoy loca, pero sinceramente, no me importa. El mundo no está hecho para los bohemios, ni para los legales, ni para los guapos, o bueno, para los guapos sí, pero... ¿y para los locos? Los locos pensamos que en la vida todo pasa por algo, que si algo sucede es porque más adelante hay un por qué. "Menudos ingenuos" pensaréis, y en verdad, quizás sea así. Quizás el día que nos pongamos a unir los puntos del pasado nada sea como pensábamos, o nada es como nos hubiera gustado que fuera; pero esos puntos del pasado nos darán la razón por la que eso no pudo ser. 

Hoy os escribo con una sonrisa en la cara, dando por zanjada una historia, que para bien o para mal, vuelve a ser una historia más. O quizás no. Quizás no, porque es una historia de la que espero llevarme un amigo, no un amigo cualquiera, sino a uno de los mejores. Y estos días grises en los que me ha dado por pensar, en los que he decidido poner distancia y actuar con algo de cordura, es cuando he podido valorar algo, y es que en la vida una historia acaba para dar comienzo a otra. Poner el contador a cero será la mejor de las decisiones para volver a encauzar el camino hacia lo que queramos. Y es que el amor no se mendiga, y no podemos obligar a nadie a que comparta lo que no tiene o lo que no quiere, ni estamos obligados a hacerlo cuando alguien espera de nosotros ese "algo" que no va a llegar. Del egoísmo no se vive, y tampoco de los recuerdos; pero esos mismos recuerdos perduran en el tiempo para hacernos sentir que por algo mereció la pena, y es por habernos pintado una sonrisa en la cara cuando en el cielo tan sólo había nubes. 

Esos días de frío y lluvia fueron menos fríos, esas noches fueron menos largas y esas horas parecían tener menos de 60 minutos. Largos paseos y largos cafés, melodías y acordes, y miradas que sólo fueron eso, miradas. Planes, tiempo, recuerdos... Sé que me sobran motivos para colgar el cartel de cerrado por reformas.

Si tú quieres, yo no quiero, si yo quiero, tú no quieres, y la vida es así, una de cal y otra de arena, hasta que ese día, que menos te lo esperas, llega la calma y sale el sol como en aquella foto de la Caleta. No existió la casualidad, ni existen las coincidencias, y con el contador a cero, trataré de poner fin a lo que fue pero ya no es. Que la distancia no es menos distancia por estar lejos, ni tampoco por estar cerca, pero el recuerdo hace que podamos quedarnos con lo bueno. Lo bueno fue conocerte, saber que existes, y lo bueno es poder decirte a día de hoy, que a pesar de esa distancia, de evitar cruzarme contigo o de evitar incluso las miradas, me encantaría poder considerarte lo que fuiste desde el principio: un gran amigo. Y atrás quedarán esas locas noches de febrero entre acordes y pasodobles de Tino Tovar, entre melodías con aires gaditanos, atrás quedarán todas esas cosas... Porque no hay final que por bien no venga, ni principio que bien no contenga. 

Porque todos tenemos una historia que contar, y para empezar de cero no hay que dejarse nada dentro, y decía Víctor Hugo (pequeño saltamontes de "verde", esto va por ti) "de todas las manos que existen nos fijamos en aquellas que no nos quieren tocar, de todos los ojos en aquellos que no nos quieren mirar y en esos labios que no nos quieren besar", y pasamos media vida recordando y la otra media imaginando...  Así que, tan sólo utilicemos media para hacer las dos cosas, y con la otra media, tratemos de hacer lo que nos haga sentir especiales, diferentes... que las palabras se las lleva el viento, pero una mirada si es cierta vale más que mil palabras.

Sean felices... y con una sonrisa en la cara... Por el Boulevard de los sueños rotos ;)

sábado, 15 de marzo de 2014

El gris no es color para la primavera.

Pasan los días y nada es lo mismo. Siento un inmenso vacío que me produce un dolor que ni siquiera recuerdo; la ausencia de las palabras, el desconocimiento de las miradas y la eterna sensación de que esto sólo hubiera sido un sueño. Despertar no está siendo agradable, sobre todo cuando sin saber por qué lo perdemos todo de golpe. 
Hay pérdidas que no tienen remedio, otras que podrían tenerlo, y otras que innecesariamente tienen por qué causarnos dolor. Pero sin embargo, en este caso, y como adelantaba, el dolor no se puede describir. Cuando algo nos duele no sólo por fuera sino también por dentro, es cuando llegamos a comprender lo complicado que puede llegar a ser volver a lo de siempre. ¿Y qué es volver a lo de siempre? No sé si tengo respuesta para eso, pero supongo que consiste en volver al punto de partida. Ese punto de partida que lo marca y lo dictamina casi todo, conocemos el principio, pero nunca el final hasta que éste llega. Y quizás eso sea lo mejor, poner en contador a cero porque si algo no quiero perder es esa sensación de sentir que una amistad insustituible puede acabar abocada al fracaso. 

Son días de miedos, sensaciones de decepción, de tristeza, de vacío... Son días grises a pesar del sol, y es eso lo que tiene que cambiar. El gris no es color para la primavera, ni la tristeza el mejor estado de ánimo para estas fechas en las que afloran muchas cosas -entre ellas las alergias- pero sobre todo los pequeños detalles que dan sentido a la vida. Y sólo cuando nos ocurren estas cosas logramos entender a quiénes unos días antes, semanas, meses o años, han tratado de describir las mismas sensaciones.

De momento, poner a cero el contador equivale a poner distancia a los recuerdos, a las miradas, a las coincidencias, incluso significa, poner distancia a nuestra casualidad, y sólo siendo así, podremos hablar de una cuestión de tiempo.

Feliz sábado.

jueves, 13 de marzo de 2014

Hay cosas que no cambian.


Pasan los días, y así ha pasado este último mes lleno de color, alegría, disfraces, acordes de guitarra y canciones de libertad. Entre viaje y viaje de Olivenza a Badajoz y de Badajoz a Olivenza, siempre me da por pensar; supongo que es inevitable, sobre todo cuando voy sola. Son 24 kilómetros en los que me da por darle vueltas a todo, por imaginarme momentos, por aventurarme en historias que no siempre llegan a buen puerto, otras que se quedan a medias y otras que continúan sin rumbo fijo. En uno de esos últimos viajes recordaba parte de mi infancia, y sobre todo, pensaba en todo lo que me había ocurrido este último año. Si bien es cierto que el 2013 me cambió la vida por todos los cambios que con él llegaron, tenía claras esperanzas de este 2014, año por el que apostaba cuando acababa el mes de diciembre.

Tenía claro que mi manera de ver la vida y sobre todo de disfrutarla se estaba quedando obsoleta, y por eso, antes de acabar 2013, decidí comenzar a romper con todo aquello que me estaba haciendo infeliz y que me impedía desarrollarme como persona. Así lo hice con algo que hasta el momento me había alegrado la vida (aunque en ocasiones también me había hecho replantearme si era el lugar donde podía y quería estar) y sí, me refiero a la política. Siempre digo y siempre diré que lo mejor que me llevo de ella son los amigos que tengo, al margen de que la frecuencia con la que nos veamos ahora será más larga, sé y saben, que aquí estoy y aquí estaré. Rompí con cosas y personas que me hacían daño, que me perjudicaban más del bien que me hacían, y entre tantas y tantas decisiones, fui encontrando el camino para disfrutar de cada instante como si fuera el último. 

Y es ahí, donde empecé a sentir que la vida podía ser diferente dependiendo de la perspectiva desde la que se mira. Sentí que la perspectiva tenía que ser diferente para que mi vida también lo fuera. Y entre todas estas decisiones, y el ver que mi tío precisamente era quien me daba ánimos o me llamaba loca cuando le contaba mis hazañas de la noche anterior, comencé a sentir que la vida es como un Mardi Gras. Por eso trato de no quedarme con nada dentro, trato de sentir que cada segundo merece la pena y trato de vivirlo así. Porque, ¿qué necesidad de tenemos de estar dónde no queremos? ¿Qué necesidad tenemos de hacer aquello que ya no nos motiva, aquello que más allá de hacernos sentir libres, nos hace sentir presos de algo que parece que no hemos elegido? No tiene sentido que dejemos que sean los demás quienes decidan por nosotros, al igual que Gallardón no tiene derecho a decidir por las mujeres ni la Iglesia tiene derecho a imponernos su dictamen o su moral conservadora. La verdad nos hace libres, por eso yo he elegido esa parte del camino que en los cuentos aparece con una persona andando, en ocasiones aparentemente sola, con una mochila a cuestas. 

Hoy hace una semana que mi tío continuaba su camino, y tan sólo hace 10 días que entre nervios y algo de sueño yo terminaba mi disfraz para el lunes de Carnaval. Y es que, a pesar de que el último mes ha sido sin duda uno de los mejores de mi vida, no siempre somos felices en todo, y he tratado de compaginar todas esas cosas con algo tan triste como es perder a una de las personas que más quieres. 

Morajela: No dejes que nadie te imponga nada, sé libre y sólo así podrás ser feliz.

martes, 4 de marzo de 2014

La intensidad de las palabras.

Cuando a veces pienso que esta vida no está hecha para mí, lo hago poniendo en tela de juicio una serie de valores que no he llegado a comprender muy bien, o que quizás entienda pero sea incapaz de interiorizar. La vida no está hecha para los bohemios, tan sólo en las canciones de Tino Tovar puedo perderme y encontrarme. Aunque a decir verdad, mentiría si sólo hablase de Tino Tovar y no recordase las letras de algún amigo, que aunque hace poco tiempo que es mi amigo, ha sido capaz de llegar a esa parte de mí que pocas veces la gente conoce porque se quedan en lo que se ve y no investigan en torno a aquello que se podría intuir, pero que se desconoce porque está más allá de la superficie. 

En este último mes, la intensidad de las palabras se han hecho eco de esto a lo que llamamos vida. Mis días y mis noches se han resumido a una sola palabra, mientras los acordes de la guitarra no paraban de sonar. Y a decir verdad, ahora me siento algo vacía. Vacía porque hay algo más allá de estos cinco días de escándalo, algo mucho más allá de las locas noches de febrero, y algo mucho más allá de cualquier palabra por simple que esta parezca. 

Todo sucede por algo, y esta semana he sentido que la vida me ponía a prueba. Cada conversación se ha visto hilada a lo que constantemente acabaría sucediendo, cada pensamiento procedente desde el instinto acababa filtrándose en la realidad como un hecho constatado. Y ante eso, ni yo ni nadie, puede hacer nada. Luchar contra un muro de carga es misión imposible y en ocasiones una retirada a tiempo se convierte en la mejor de las victorias. Ya se sabe que las palabras se las lleva el viento, aun por intensas que sean, y que una imagen vale más que mil palabras, por poco que las imágenes digan. No seguiré utilizando el refranero español, se ha acabado el Carnaval, se pone fin a la fiesta de la Libertad, y de nuevo, la historia continúa. La historia con principio pero sin final, esa que es mejor no planear para poder disfrutar de la aventura, esa historia de la que siempre hay que aprender y sobre la que siempre habrá algo que contar. Esa historia, que aun sin quererlo se adentra dentro de cualquiera, que traspasa las barreras de defensa y que acaba llegando a su fin, un día inesperado, que como hoy, a pesar de ser un día más, tiene espacio preferente en el calendario de nuestras vidas.

Buenas noches, y buena suerte. 

domingo, 2 de marzo de 2014

Un domingo en Carnaval...

Lo que parecía ser un domingo diferente, dónde por fin podría vivir el desfile de comparsas del Carnaval de Badajoz entre sus calles llenas de tambores y colores, entre trazos de telas enlazadas, brillantina, recortes de serpentina... se acabó convirtiendo en el domingo de Carnaval más triste de toda la historia de mi vida. 

Cada Carnaval es diferente, este también lo está siendo. Está siendo especial, cargado de magia, de sentimiento murguero, de grandes descubrimientos, en definitivas cuentas, está cargado de emociones encontradas en lo que supone la magia de la amistad. 

La plaza de la Buhardilla comenzaba a vaciarse, nos encontrábamos por la calle con personas cuyos disfraces variaban a medida que nos adentrábamos en las calles de Badajoz. Lo raro hubiera sido encontrar a personas sin disfraz. Bajar la ventanilla del coche y gritar: "¡pringao, tú no tienes murga!", se ha convertido en una tradición para mis amigos cada vez que nos adentramos en las céntricas calles de Badajoz. Dicen que los amigos son esa clase de personas (con clase) que están cuando se les necesita y cuando no. Estar cuando se te necesita significa que sin necesidad de llamarte, tú sientes que tienes que estar. Hoy he sentido esa sensación, y es que si el Carnaval me está regalando algo son especialmente grandes amigos. Esos amigos con los que no necesito pensar qué voy a decir, cómo lo voy a decir, o cómo tengo que comportarme. Porque esos amigos, son los que me quieren sin cuestionarme ni juzgar el modo en que tengo de ser sencillamente yo misma. 

Hoy necesitaba mil y un abrazos, y ahí han estado ellos. Un domingo de Carnaval inesperado, donde la sorpresa ha sido saber que sin esperarlo, ellos ya estaban ahí. Por este motivo, poder compartir este Carnaval con ellos, con vosotros, está haciéndome ver que "el Carnaval son amigos, familias enteras, talento, alegría, vencer los problemas con una sonrisa, conquistar la calle con sólo un disfraz..."

Y retomando, si la mañana fue peculiar, si pude dormir tan sólo una hora, si pude compartir con Alberto tanto en tan poco tiempo, la noche ha sido esa parte de magia que ha adornado un poco más este domingo que me gustaría dejar a un lado. Y es que, en estos momentos, es cuando de verdad sabemos que existen personas a las que les importamos y siempre estarán, aunque sea un domingo de carnaval. La magia del sábado ha hecho posible que ahora pueda irme algo más tranquila a dormir... Siempre me quedará alguna anécdota por contar, algo que recordar y algún beso que entregar... Mientras tanto, disfrutemos de la vida, es demasiado corta como para dejarla pasar como si de un ave de paso se tratase.

Sean felices.


jueves, 20 de febrero de 2014

La primera vez.



Siempre hay una primera vez para todo, pero nunca sabemos si será la última. Y es por eso, queridos amigos y amigas, por lo que he decidido que la vida hay que mirarla en perspectiva, porque en la vida todo cabe: la responsabilidad, el cariño, la sinceridad, la Familia, los amigos, y por supuesto, el dedicarnos a aquello que no sólo nos hace sentirnos felices, sino también vivos. 

Y a veces no somos los suficientemente valientes como para ser sinceros y decir lo que pensamos, eso sí, siempre desde el cariño y el respeto. A mí, que en ocasiones me cuesta más transmitir lo que puede ser más emotivo, y que tan poco me cuesta ser sincera en otras ocasiones aun sabiendo que puede acarrearme problemas. Mi filosofía de vida cambia a medida que cambia mi vida misma, supongo que a todos nos ha ocurrido alguna vez. No podemos prever cuándo y por qué suceden las cosas, no siempre como nos gustaría, en otras ocasiones, como jamás nos hubiera gustado. A veces siento que estoy inmunizada, pero no es así, porque la vida siempre me acaba sorprendiendo. 

Y la vida sorprende... porque siempre hay una primera vez para todo, y hay veces, en las que a pesar de que ya haya existido esa primera vez, esa segunda, tercera, cuarta o quinta "primera vez", llega a ser la más emocionante de todas. Pero en este caso, sí fue mi primera vez. Algo que surgió una noche en la Buhardilla, a raíz de un comentario sin más pretensión que la de ser un comentario. Un jueves de Buhardilla hace aproximadamente un mes. Hace un mes imaginaba como serían estas locas noches de febrero; hace un mes imaginaba si conseguiría entradas, si podría ver estas tablas desde cerca... Hace un mes construía una historia que no sabia si tan sólo quedaría entre mi retina y esas hojas que acabamos guardando porque son recuerdos... Y esa primera vez, es una de esas primeras veces que por muchos años que pasen siempre estarán ahí. Los nervios se apoderaban de mí desde los días previos a ese gran lunes de preliminares donde debutarían ellos, mis chicos de Esto Es Lo Que Hay. 
Cuando les veía algo nerviosos, mientras les maquillaban en el barrio de San Roque, pensaba: "ya ha llegado el día de esa primera vez". Y es que, era la primera vez para algunos de ellos, quienes por cierto son mucho más que meros debutantes. El lunes fue su primera vez en esas tablas, con este nombre, con ese encanto, y sobre todo, con esa humildad. Entre bambalinas, los nervios se apoderaban de nosotros, entre el frío de aquellos pasillos de nuestro teatro. Pero no era ese el mismo frío que corría mientras cruzábamos la plaza del López de Ayala para atravesar aquella puerta que iría casi directa a las tablas del teatro. Últimos retoques en el camerino, últimas miradas en el escenario, silencio, y palabras silenciosas. Sube el telón, suena el saxo (el gran Roberto hace su entrada), Selu aparece, guitarra en mano y hace que su voz sea el comienzo de aquella melodía: "Otro río, otra ciudad... y la misma pasión de verdad...", comienza la escena en la que hacen entrada Jose Mari y sus punteos, Emilio y su espectacular voz, Jaime y su interpretación, Juande y su capacidad para transmitir todo lo que lleva dentro, Tin y esa sonrisa que llega hasta el infinito y más allá, Axel y esa valentía que me ha demostrado que tiene, con ganas de dar mucho más de sí mismo, Rubén y su vuelta a las tablas, con ganas de recuperar lo que este último año algunos no pudieron vivir, Carpi y su entrega, Bronqui y esa ligera timidez a la pone fin cuando ha subido al escenario, Gabri y sus ganas de carnaval, y Roberto y Jorge, porque sin caja y bombo ni hay murga, ni hay Carnaval. 

Y sí, esa fue mi primera vez. Sin abrir la boca, pero es que hay ocasiones en las que una imagen vale más que mil palabras y que una mirada construye todo un mundo paralelo al que ya existe. Me siento parte de esto, de cada minuto que comparten conmigo, de cada ensayo en el que he podido vivir como con cariño e ilusión moldean esta parte de sus vidas y de la mía. Cada segundo que vivo con ellos me hace sentir libre, para decidir, para impregnarme de todo lo que son y no sólo lo que parecen, cada conversación en nuestro templo La Buhardilla, cada vez que uno de ellos me guía para no perderme en las calles de Badajoz, cada mensaje aun siendo las 3 de la madrugada, cada compás, cada melodía, cada acorde... Me han conquistado, y os aseguro que era complicado porque últimamente mi vida estaba convirtiéndose en la rutina del día a día, en algo parecido a una cuesta interminable, a un desierto que no tenía fin... Y por eso, esta Primera Vez que jamás hubiera imaginado, está siendo tan sumamente especial, y el motivo es claro y conciso: me ha devuelto a esa vida que siempre quise tener pero que no era capaz de encontrar.

Un inmenso abrazo... Amigos. 

martes, 18 de febrero de 2014

A veces, sólo a veces.




A veces, sólo a veces, los periodistas (algunos) son muy dados a deconstruir, -por no decir destruir-  lo que con cariño y tesón otros han construido durante meses. Y en estos días, en los que los locos del Carnaval somos felices porque llega nuestra fiesta, son muchas y muchos los que deciden subirse a este carro lleno de locura para acompañarnos tan sólo por unos días. Y es que cuando los que no son unos locos de febrero como nosotros, deciden juzgar como si de jueces con carrera se tratase, a mí, llega a molestarme soberanamente como carnavalera.

No es que a mí, personalmente, me molesten las críticas constructivas, al contrario, se agradecen, pero sí me molesta que personas que no viven esta fiesta se crean con derecho y capacidad para destruir lo que otros llevan meses creando y moldeando.
El trabajo de periodista, en ocasiones, puede derivar en cierto libertinaje que escasos favores hace al libre ejercicio de informar a través de cualquier medio. Y es que esa fina línea que separa la opinión de la información, se deconstruye a medida que quienes detentan un micro, una plataforma o trabajan para un medio de comunicación, se aventuran a poner en tela de juicio lo que ni siquiera se han parado a conocer durante esos escasos 22 minutos de actuación.

No hace falta nacer en la Caleta o criarse en ella para “entender de Carnavales”, tan sólo basta con haber mamado esta fiesta, con sentirla nuestra, con llevarla dentro, basta con escuchar, observar, e interactuar con quienes un día, más tarde o  más temprano, subirán a unas tablas o saldrán a las calles a vestir de colores su ciudad. Esta es la fiesta de la Libertad, libertad para todos, y no sólo para unos cuantos, pero sobre todo, si los carnavaleros respetamos y demostramos que sabemos lo que esa palabra significa, lo mínimo sería, que quienes desde medios oficiales trasladan sus puntos de vista, conozcan y pongan en marcha esa bonita palabra que tanto les gusta utilizar, y que en ocasiones muy pocas veces ponen de ejemplo en la práctica.


Estoy enfadada, sí, mucho, porque siento que quienes quieren dar lecciones de Carnaval no entienden ni han entendido el significado de esta fiesta. Quien quizás no haya sentido a Badajoz cerca, no haya salido por sus calles con cualquier disfraz o una máscara, quién no fuese en su carricoche disfrazado sin tener uso de razón de lo que el Carnaval significaba… quien cuando llegaba febrero era el más carnavalero, y cuando al enterrar a la sardina enterraba su espíritu de libertad… Que esos que no saben lo que para nosotros todo esto significa, traten de darnos lecciones de “buena letra, buena música, buenas voces” o se crean con la capacidad de llamar meros debutantes a quienes mejor conocen el significado de la palabra pasodoble, es algo que como decía, me revienta soberanamente. Y no, no soy periodista, pero me hubiera encantado serlo, no obstante, no serlo, no me exime de mi derecho a colaborar altruistamente con esta fiesta a la que adoro, mi fiesta, la de la libertad, esa sin la que no puedo vivir y esa a la que extraño cuando pasa febrero. Pero para nosotros, el mejor modo de no echarla de menos es seguir reuniéndonos durante todo el año, fuera de un teatro que en ocasiones es frío, fuera de unas tablas donde nadie pueda juzgarte por lo que cantas, por el tono con que lo cantas, por la afinación con la que lo haces… Esto, SÍ es Carnaval señores periodistas. Y entiendo que les sea complicado entenderlo, ya que sólo le prestan atención unos cuantos de días al año, pero al menos, no acaben con la ilusión de quienes sienten que el Carnaval es como enamorarse, y no les hagan sentir que este amor puede haber sido un error.

viernes, 14 de febrero de 2014

Porque... "Esto es lo que hay".

Les escuché por primera vez, hubiera cerrado los ojos mientras me evadía a ese mundo. Ese mundo de los locos de febrero que como yo y como ellos tratamos de hacer de cada palabra una melodía, de cada instante una eternidad y de cada letra un pasodoble que cantar. 

No hay límites para esta locura, y detrás de todo esto se encuentra el sacrificio de quiénes con ilusión comenzaron a crear un proyecto que ahora traspasa las fronteras del sueño con el que se emprendió. Si no existieran habría que inventarles, y digo esto, porque ahora que conozco su historia, la de ellos, sé que puedo hablar de algo más que algo a lo que podemos denominar "murga". 

Su nombre no podía ser otro, tenía que ser el que es, "Esto es lo que hay", y es que, esto es lo que hay porque detrás de un nombre siempre hay una historia. Su historia, la de ellos -y permitidme que ahora  la sienta como un poco mía- es la de aquellas personas que con ilusión, anhelo, tesón y sacrificio sacan adelante algo que contra viento y marea parecía que no se haría realidad. Tras muchas complicaciones y a falta de tres días para su debut en el López de Ayala, hoy "se presentan en sociedad". La calidad humana es inmejorable, las ganas de mejorar, la motivación, la fuerza y el compromiso son sus mejores señas de identidad. Y si a eso le sumamos el talento y las voces, tenemos la guinda de un pastel que será presentado el lunes en tercera posición. 

Os contaba lo que me había ocurrido la primera vez que les escuché. Llegué al ensayo, me senté en el suelo y comencé a mirarles. Ellos cantaban, yo les observaba, y en cada letra sentí que algo me representaba. La vida no es fácil, pero siempre hay que mirar hacia adelante. En esto, aunque no lo crean, estoy aprendiendo mucho de ellos, de su interpretación, de la manera con que expresan lo que sienten y sobre todo, por el cariño con que me tratan cada día que les veo. 

Tampoco ha sido un año fácil para mí, pensaba que este sería mi debut en Carnavales, en el López, y no ha podido ser. Aun así, de otro modo lo será, y estoy encantada de que vaya a ser así. Estas letras... aunque son poquito, son un pequeño adelanto de lo que estos artistas van a regalarnos... Aunque el mejor regalo, ya lo estoy teniendo. 

Gracias por todo chicos, gracias hasta el infinito! (L) 

Lunes, en el Teatro López de Ayala, en tercera posición... no os perdáis a quienes han conquistado esa parte de mi corazón que aun estaba en "tierra de nadie": ESTO ES LO QUE HAY ;)