sábado, 19 de octubre de 2013

Su mirada...


Esta tarde he tenido que ir a urgencias, y nada más entrar en el Centro de Salud me he percatado de algo: Había un bebé, que en los brazos de su madre, no paraba de mirar a todas partes. Me ha mirado con esos ojitos y esa ternura con la que sólo los niños pequeños son capaces de transmitir tantas cosas. Y mientras yo le sonreía, su madre me ha dicho: está malito, no le baja la fiebre. 

He seguido dándole vueltas al coco por todo lo que está pasando en mi país, España, desde finales de 2011. Sueldos congelados, copago sanitario, pensiones que no suben como lo hace el IPC, abuelos y abuelas que con su pensión tienen que ayudar a sus hijos y nietos que están en el paro y además tienen que costearse parte de los medicamentos, Puntos de Atención Continuada (PAC) que han cerrado sus puertas porque el gobierno quiere ahorrarse dinero, estudiantes que han tenido que dejar la Universidad por las altas tasas y por no recibir becas, desaparición de las becas en mi comunidad, desaparición del transporte escolar gratuito y las aulas matinales, aumenta el ratio de alumnos por profesor, privatizan la sanidad, acaban con la ley de dependencia, impiden que los homosexuales puedan adoptar, recurren la ley de matrimonio homosexual al Constitucional, debaten una ley que atenta contra los derechos de las mujeres... Y niegan la atención sanitaria a los inmigrantes que no tienen una tarjeta en la que pone: Españoles. 

El bebé que lloraba cuando el médico ha empezado a atenderle, ese que me miró con esa tierna mirada cuando entré en el Centro de Salud, no era español, tampoco sus padres lo eran. La realidad de este país es que muchas personas desconocen el significado de la palabra Derechos. Lo desconocen porque este gobierno ruín, lleno de corruptos indeseables que dicen saber hacer Política, entiende que hay prioridades por encima de la vida de las personas, vengan de donde vengan. Prioridades tales como aumentar las subvenciones a la Iglesia o elaborar leyes de Educación que adoctrinan a la ciudadanía desde los niveles más básicos de la educación, leyes en las que primará la religión antes que los valores... Valores que nos permitirían entender que una persona no es más que otra por el lugar de donde venga, ni por el color de su piel, sino que todos y cada uno de nosotros somos Iguales aunque haya quien nos haga creer lo contrario.

Hoy, Día contra el cáncer de mama, muchos ayuntamientos del PP, comunidades autónomas, incluso el propio gobierno, ha hecho alarde de la importancia de la visibilización y la unidad en días como éste... Pero lo importante no es poner un lazo rosa en la foto de perfil del whatsapp, las televisiones o en la ropa, en un día como hoy. Lo imprescindible es que los gobiernos, sean del color que sean, entiendan de una puta vez que lo único que puede acabar con esta lacra es la investigación y la inversión en sanidad. No es normal ni decente, que en un país como España, las mujeres tengan una lista de espera de 9 meses para hacerse una mamografía de la cuál dependerá su vida. 

Hay gobiernos que nacen para gobernar, otros que no sólo matan la ilusión de la ciudadanía sino que acaban agotando sus vidas. Juzguen ustedes mismos. 

sábado, 5 de octubre de 2013

Pasan aviones...

Había olvidado lo que era ver pasar aviones al mirar por mi ventana mientras estudiaba. Todo este tiempo fuera me ha hecho crecer como persona, y con ello, irremediablemente cambiar.
La madurez es eso que llega sin que nos percatemos, o sí, lo hacemos porque sentimos que constantemente pasamos por etapas transitorias. Estas etapas quizás hagan que nuestra mente se evada al pasado más de lo debido, recuerda lo que queremos y quizás también lo que no queremos que recuerde. Ella selecciona por nosotros, lo hace sin preguntar, y nosotros inconscientemente y sin querer nos preocupamos, paramos el tiempo y a la vez lo dejamos pasar.

En ocasiones, no decidimos en total libertad, siempre hay factores externos que nos condicionan. Hace mucho leí algo que llamó mi atención, estamos en crisis cuando pensamos y decidimos. Y es que antes de una decisión siempre necesitamos pasar por un proceso de pensamientos constantes.

Es muy probable que sean pocas o quizás ninguna las personas que nos entiendan. Además, es más que probable que quiénes más nos importen sean quiénes menos nos entiendan. No obstante, rendirse no es el camino del éxito, aunque sean imprescindibles para nuestra salud esos momentos de soledad para seguir conociéndonos a nosotros mismos con el fin de que los demás puedan conocernos mejor.

Todo esto es importante para que en libertad podamos pensar y decidir lo que sintamos que nos puede hacer más felices. Cuando tomamos una decisión por nosotros mismos podrá ser más correcta o menos correcta pero es nuestra decisión y no la de los demás.
En cambio, si son otros los que nos imponen sus propias decisiones sentiremos que el camino de nuestras vidas está siendo teledirigido por otros y sentiremos que no estamos viviendo nuestra vida.

En un momento determinado algo nos puede parecer injusto o inentendible, pero cuando pase el tiempo, quizás logremos entender el por qué.

Constantemente elegimos entre opciones, ganamos una cosa para perder otras, eso es lo que llamamos coste de oportunidad. No siempre sucede lo que nos gustaría, en ocasiones no depende de nosotros. Por eso es imprescindible seguir hacia adelante, porque lo que sucede, primero se imagina.

martes, 1 de octubre de 2013

Cuestión de ver la luz.


Hay veces en que nos ocurren cosas y pensamos: ¿Por qué ahora? Pasan los días, las semanas o los meses y quizás podamos encontrar una respuesta a esa pregunta que nos hicimos en el pasado. Decía Steve Jobs que se debe a una visión retrospectiva que nos permite unir puntos y sacar una conclusión clara de por qué nos suceden las cosas en el pasado. Esto podríamos entenderlo una vez que ha pasado el tiempo. Nos ocurre con las decisiones, cuando conocemos a una persona, cuando hay uno y mil obstáculos para hacer algo. 

Si todos sois tan tercos como yo, trataréis de llegar al final de la cuestión. No me gusta tener que rendirme, de hecho procuro no hacerlo nunca, pero a veces una retirada a tiempo es un gran acto de valentía. Nosotros nos tenemos que marcar nuestros propios límites, y debemos ser los primeros en confiar que aquello que hagamos merecerá la pena. De nada sirve hacer las cosas si no creemos en nosotros mismos ni en lo que hacemos. De nada sirve hacer algo si no sientes que ese algo te aporta lo que necesitas, tu bienestar. Y lo mismo sucede cuando estás con alguien y no te ofrece lo que te gustaría... quizás es que no sea el momento, o quizás, es que realmente no es la persona.

Unas historias acaban para dar paso a otras, pero en ese tránsito de la una a la otra, podemos llegar a tener un cementerio de oportunidades donde la puerta está abierta pero no hay respuesta por nuestra parte. Es una fase de adaptación a un nuevo entorno, a la ausencia de alguien que hasta el momento nos hacía sentir bien pero no todo lo bien que esperábamos... es el tránsito hacia el conocimiento de algo que quizás no sea mejor ni peor, pero sí diferente. 

Dice uno de mis mejores amigos que lo mejor está por llegar, y yo quiero creer que siempre que algo sucede, aunque nos pueda parecer negativo, es porque algo mejor va a llegar en un futuro. Pero hasta que no transcurra el tiempo, no podremos entender por qué sucedían las cosas...

Lo decía Steve Jobs: "La única cosa que me mantiene vivo es mi amor por lo que hago". Por eso, si hacéis algo, que sea porque realmente queréis. Si tenéis dudas, no es lo que realmente necesitáis.


María.