jueves, 29 de agosto de 2013

Arco iris de Colores.

El destino campa a sus anchas en nuestra vida. Nos envuelve en un cúmulo de casualidades 'poco casuales', nos pone en el camino a una misma persona varias veces hasta que por fin, llegado el momento la conocemos, y convierte la montaña rusa en un arco iris de colores que acompaña a nuestro estado de ánimo.

No sé muy bien cómo explicar eso, pero lo cierto es que resulta curioso, incluso increíble, el hecho de haber compartido espacio en el pasado con una persona en la que ni siquiera nos habíamos fijado y de que repente irrumpe en tu vida, en el lugar, día y momento preciso: el menos esperado.

Mi mente recorre en el tiempo en forma de bola de cristal. La he mandado al pasado, unos meses hacia atrás, y por paradójico que parezca, cuando ni siquiera yo me había dado cuenta de que nos habían presentado, allí estaba él. Tengo un ligero recuerdo de aquello, y digo ligero porque cuanto más lo pienso, más lo recuerdo. Ni él ni yo nos habíamos parado a pensar en que existíamos. Y es que como dice Marc Levy:

¿Y si acabas de cruzarte con el amor de tu vida y no lo sabes?