lunes, 7 de mayo de 2012

Probablemente.

Probablemente siga teniendo parte de esa inocencia que todo niño adquiere en el momento en que llega al mundo. Quizás sea esa inocencia la que me lleve a pensar que lo que yo no le hago a los demás, tampoco ellos me lo harían a mi. Siendo así, resulta realmente triste, enterarse por terceras personas de que no todo lo que parece oro, verdaderamente lo es.

En las últimas semanas he recibido mucho cariño y muestras de apoyo por personas que me conocen, me valoran y saben lo que me duele y lo que me preocupa. Y no, no me estoy refiriendo al hecho de tener más o menos seguidores en twitter -últimamente está de moda sentirse guay por decir en twitter lo que no se es capaz de decir a la cara, por ejemplo. ¿En busca de qué? De lo que comúnmente se denomina "followers"-. Me refiero nada más y nada menos, al cariño que me muestran quiénes saben que la sinceridad es una cualidad que me acompaña.

Habré podido cometer errores, probablemente muchos más de los que me imagine, pero me niego a reconocer algo que no es cierto, y es que jamás le he faltado el respeto a ningún compañero o compañera por pensar diferente.

Quien defiende la democracia, sea interna o externa, debe entender que democracia es aceptar también las reglas del juego donde el respeto, la educación y la coherencia, juegan un papel más importante. Democracia significa saber respetar el resto de decisiones aunque sean diferentes, y democracia supone saber aceptar que un amigo no tiene por qué pensar siempre como nosotros, ya que los verdaderos amigos son aquellos que te quieren tal y como eres, cuando piensas igual y cuando no lo haces.

Pues bien, en estos días, como decía, he sentido el cariño y el apoyo de muchas personas. Me ha faltado el de otras, pero esto me está sirviendo para saber que -como dice mi padre- los amigos se cuentan con los dedos de una mano.

Reconozco que este va a ser un cumpleaños diferente, y reconozco que tengo un nudo en la garganta en este momento, pero papá y mamá, si me leéis -que creo que sí- entender por diferente no un cumpleaños triste, sino un cumpleaños rodeado verdaderamente de personas que han demostrado que están conmigo en los buenos y los no tan buenos momentos. 

Insisto en lo que llevo repitiendo estos días. Voy a preocuparme por aprobar y por poder volver a Olivenza lo antes posible, porque he de reconocer, que es allí donde sé que puedo ser feliz y donde no voy a sentirme tan sola como las últimas semanas en Madrid. A Borja, Ruth, Víctor y Paola me cabe darles las gracias, aunque como están hartos de repetirme a los amigos no se les dan las gracias. Caty por ser tan grande como persona y por ese afán de superación continuo. Y a mis compañeros y compañeras de Extremadura, -sin nombres porque saben los que son- por demostrarme en Olivenza que juntos podemos llegar tan lejos como queramos, y llegaremos.

Gracias, de corazón.

María.


4 comentarios:

Paola dijo...

Te quiero desde Sevilla! se que no se te olvida! =)

Ruth dijo...

Aisssss Marieta! Si lo dices tu, a los amigos no se les da las gracias. Si es que eres muy grande y una amiga de sus amigos.

El movimiento se demuestra andando. Tú, no pares nunca de andar!

Besos mil!

Ruth

Anónimo dijo...

Muy bueno María. Me ha gustado mucho.
Y no encuentro otro modo de felicitarte este día (no me funciona nada en internet).
De cualquier manera, Felicidades desde Roma.
Dani.

María Núñez dijo...

Paola, Ruth... no hay más que decir. Seguiré andando! ;)

Dani, muchas gracias por tu felicitación adelantada xD pero mi cumple es el viernes 11 de mayo! :P

Un abrazo y a ver si hablamos pronto que me tienes abandonada guaperas :)