domingo, 14 de octubre de 2012

El paraíso de las olas.


El leve susurro de las olas del mar, el balanceo de un barco que está a kilómetros de la iluminada ciudad de Madrid, sintonías semejantes, público desconocido... Recuerdos en la retina, en los sentidos, en el corazón... Señales, momentos, personas, 3, 2, 1... Acción.

Mentiría si dijera que no le echo de menos, que toda la música que escucho no me recuerda a él... Mentiría si dijese que he vuelto a ser la de siempre, la de la sonrisa permanente, la que acepta los retos del destino... Mentiría si dijese que me he rendido, que lo doy todo por perdido... Y mentiría si dijera que parte de mi no quedó allí, en aquel lugar, en tierra de nadie, en el paraíso de las olas, en el amanecer del mar, en el atardecer de los surcos que se veían desde la proa... 

Un lugar, una persona, cuestión de momentos... Fue cosa de la magia. Muchos quedaron allí alguien especial, yo me olvidé mi corazón.


No hay comentarios: