martes, 21 de agosto de 2012

Nada es para siempre.


Hoy un compañero de ideas y partido me ha dicho por twitter que mis últimas entradas en el blog eran demasiado "lights". Lo cierto es que necesitaba tomarme un tiempo para mi. Necesitaba evadirme de la política al menos por unas semanas o un par de meses. Ha sido un año complicado y en lo político he pasado de tenerlo todo a no tener nada. Bueno, nada no, ahora tengo mucho más. Tengo la suerte de formar parte de la Comisión Ejecutiva Regional de Juventudes Socialistas de Extremadura y además, tengo el placer de poder compartir tiempo con grandes personas a las que admiro.

Este es mi último año de carrera. El tiempo ha pasado rápido. Echo la vista atrás y me doy cuenta de todo lo que he aprendido. Aprendí a escuchar y tolerar opiniones diferentes, a reforzar mis convicciones, -que no nos equivoquemos, son mías, propias, moldeables con todo lo que ocurre cada día, pero a fin de cuentas mías y no impuestas- y sobre todo, a saber que es lo que no quiero ser. 

Cuando empecé la carrera tenía miedo a viajar sola. Aprendí a hacerlo, y no es sólo que aprendiese, sino que ahora disfruto cuando lo hago. Me siento libre, independiente, siento que soy la mitad de lo que quise ser. Y quiénes me conozcáis, sabréis por qué digo sólo la mitad. 

Me pongo a pensar y mi mente no para nunca, sigue dando vueltas y vueltas, como algo parecido a una noria. Hace un par de veranos subí al London Eye -¿ya hace dos años que estuve en Londres? ¿véis? El tiempo pasa muy rápido, demasiado rápido- y pude ver desde arriba la mitad de Londres. La otra mitad era imposible alcanzarla con tan sólo una mirada. Pues eso soy, la mitad de lo que quise ser. La otra mitad ya llegará. 

En Sevilla conocí a buenas personas, me quedo con Paola, Patri, Adriana, por encima de todo, y recuerdo mis grandes momentos con Rafa y Ricardo en los Bermejales. Más tarde llegaron el resto. Llegué a Madrid cargada de sueños y este año trataré de cumplirlos. En Madrid siempre tengo cosas que hacer y que contar, paseos por la ciudad en buenas compañías, reencuentros, segundas oportunidades... El pasado, fue un curso completo y este año me faltarán dos grandes amigas, Ruth y Alba, pero sé que la distancia no va a ser un impedimento. Víctor es como mi hermano mayor, siempre pendiente, a pesar de que él también tenga cosas de las que preocuparse. Está cuando le necesito, y cuando no, está siempre.

Pablo tiene algo que ver con eso que os digo de las segundas oportunidades, y Borja. Ambos son mis amigos -muy buenos por cierto- porque supe que tenían mucho que enseñarme. Emilio y su ilusión, Chuso y su fortaleza, Raul y su protección y necesidad de hacerme sentir bien; de Santi aprendí mucho (aunque creo que no esperaba verse por aquí), sobre todo a que si piensas que algo es de una manera, hay que ir hasta el final. Llegó un momento en el que discrepamos, pero cada uno siguió el camino que creía correcto. No fue ni mejor ni peor, tan sólo diferente, pero reconozco que lo pasé mal. 

De Soraya y Julio aprendo a diario, ellos están ahí siempre que les necesito. Me ilusionan, me contagian, me inyectan energía y ganas de seguir hacia adelante. Porque este es nuestro camino. Es el camino del progreso, de la Igualdad, de la Libertad y de la Justicia. Justicia por la que un día Garzón luchó desde su cargo, Igualdad que un día persiguió Clara Campoamor dándonos a las mujeres la oportunidad de sentirnos como nuestros padres, maridos, hijos, abuelos... y la Libertad que un día Miguel Hernández y Lorca convirtieron en versos. Libertad por la murieron, Libertad que les fue arrebatada... 

Nada es para siempre... pero cuando tienes un amigo de verdad, es para toda la vida. Los buenos amigos son como las ideas, si son de verdad, nunca se olvidan.

María.

No hay comentarios: