miércoles, 7 de diciembre de 2011

Unos Más que Otros.



Constantemente observamos que la injusticia nos rodea aunque a veces se oculta tras juicios de valor algo desafortunados. Miles de familias están siendo desahuciadas a lo largo del todo el territorio español desde que la gran burbuja inmobiliaria explotase, y mientras tanto, los bancos –uno detrás de otro- no hacen más que pensar en cuál será el beneficio obtenido a lo largo del año sin ni siquiera pararse a pensar por qué unos ganan tanto y otros tan poco.

La Constitución Española dice en su artículo 14 que todos somos iguales ante la ley, aunque en la realidad, no ocurra eso con exactitud. Por todos son conocidos los privilegios de algunos y las inmunidades de otros, pero cuando se trata de un desahucio pocos privilegios –por no decir ninguno- existen para la familia que va a quedarse en la calle dependiendo de la voluntad del tiempo y de la gente.

Como decía, la Constitución habla de la igualdad entre hombres y mujeres, sin distinciones de raza, sexo o edad, pero en la práctica no siempre ocurre. Vemos que no son iguales los hombres a las mujeres cuando la violencia de género sigue siendo uno de los grandes retos de los gobiernos españoles; vemos que no son iguales cuando los altos cargos de los Consejos de Administración de las empresas tienen como cabezas visibles a hombres; vemos que no son iguales cuando conocemos a más directores de bancos y cadenas de televisión que son hombres a las que son mujeres… Diariamente vemos como en nuestros pueblos y ciudades el papel de la mujer sigue relegado a hacer las tareas del hogar, la compra, limpieza y el cuidado de los niños… ¿De verdad estamos en pleno siglo XXI?

Pero no sólo hay distinciones entre hombres y mujeres, ni entre pobres y ricos… También hay distinciones entre Comunidades Autónomas más que a muchos les pese.

Es cierto que Extremadura ha evolucionado mucho desde los comienzos de la democracia hasta la actualidad. También es cierto que pocas veces hemos sido los primeros en recibir alguna novedad que desde el Gobierno Central se ofertaba. Escuchamos promesas de todos y cada uno de los presidentes que ha tenido España, pero pocas veces hemos podido decir: Somos los primeros. Hemos sido los primeros en software libre, tenemos un buen sistema sanitario, buena gastronomía, una maravillosa tierra y buena gente. ¿Qué nos falta? Quizás lo que nos falte es un poco más de atención. No somos los mendigos de España, simplemente queremos recibir la misma atención que el resto han recibido a lo largo de la historia. No queremos ser más que nadie, simplemente iguales.

Tenemos una maravillosa red de carreteras, no lo niego, pero no más que las del resto del país. El hecho de que en Extremadura solo habiten poco más de un millón de personas no quiere decir que no merezcamos lo mismo que los demás. Somos una de las Comunidades con menor renta per cápita, por debajo de la media de la Unión Europea. También es cierto que el nivel de vida es inferior, aunque la calidad de vida es buena dado que la tierra es única.

Muchos fueron los que emigraron tras la guerra civil en busca de un futuro mejor. Teniendo como destinos principales: Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana o País Vasco. Los extremeños emigrantes dejaron su tierra atrás buscando el futuro que les hubiera gustado tener como presente. No siempre pueden visitar su tierra o hacen grandes sacrificios por hacerlo. Las ofertas de transporte son realmente caras y me atrevería a decir, que poco eficientes. Contamos con un tren, aun eléctrico, que procede de tiempos del Franquismo. Tren que tarda más de seis horas en llegar a la capital de España, Madrid. No hay comodidad, ni cafetería, ni siquiera se ajusta a los criterios de calidad-precio.

Al este de Extremadura se encuentra una gran comunidad, Castilla la Mancha. Sus cinco provincias están comunicadas por el tren de alta velocidad. Comunicada con Madrid y el levante. ¿Era necesario que todas las provincias castellano-manchegas estuviesen comunicadas por el AVE aun sin llevar en ocasiones pasajeros que llenen un solo vagón?

A veces se toman decisiones para contentar a un presidente crítico, medidas electoralistas que no van más allá de eso. En ocasiones, olvidamos que unos lo tienen todo y que otros no tienen apenas nada. Castilla la Mancha fue una prioridad, ¿cuándo va a serlo Extremadura?

Llevamos escuchando promesas que siempre acaban siendo palabras incumplidas. Y es que, ya se sabe que las palabras se las lleva el viento, y los hechos serán recordados como realidades. Espero poder algún día decir que Extremadura es igual al resto. Será en ese momento cuando tal hecho sea considerado como una realidad visible, de todos, y para todos.

2 comentarios:

Isabel Salas Miravete dijo...

Ir a la cola,o creer que hemos ido,no nos lleva a nada bueno.los/as extremeños/as tenemos que creer en nuestras posibilidades,amar mas nuestra tierra y potenciar nuestros recursos.Todo eso junto a un apoyo fuerte politico,nos alzara a donde merecemos estar
Mientras tanto,seguiremos alzando nuestras voces y reivindicando nuestros derechos en color,verde,blanco y negro.
Enhorabuena por tu entrada Maria,un abrazo

Anónimo dijo...

Me gusta prima,me gusta :)
Fran.