viernes, 16 de diciembre de 2011

En París se respira Libertad.

Ayer llegué de París. Sólo puedo decir que es una ciudad de ensueño, donde la libertad comenzó a ser la bandera, la bandera de la resistencia, de la lucha innata, del valor, la bandera del recuerdo y de la memoria. Y es que cuando se trata de llevar por bandera algo y ese algo se llama Libertad estamos haciendo honor y homenajeando a miles de personas que un día dieron su vida por ella.

Ellos, quiénes un día dieron su vida para que nosotros hoy pudiésemos ser libres. Ellos, quiénes no tuvieron miedo a defender sus principios, ideas y valores. Ellos son los mismos que tenían que reunirse en la clandestinidad para no ser descubiertos, quiénes valoraban al detalle la palabra denominada Libertad. Son ellos los que un día nos impulsaron a creer en esto que hoy llamamos Política.

La política más que una ciencia es un arte, y como arte que la considero, también entiendo que hay que explicarle a los demás por qué debemos quererla, entenderla y respetarla. La política la hacen personas que a su vez son políticos, y que a su vez cometen errores. ¿Dónde está la clave? La clave está en saber aceptar una crítica, pedir perdón por un error cometido y más aún, si ese error afecta a miles de personas.

Se ha perdido el sentido de la política real, y al hablar de política real, hablo de política de calle, hablo de política de sentimientos, de política de defensa donde no somos unos más que otros sino que somos iguales.

Está claro que el barco debe liderarlo alguien pero ese alguien debe ostentar la máxima legitimidad que la democracia otorga, y no es nada más y nada menos que la de ser elegido por todos los cauces democráticos y legales de los que a día de hoy podemos disfrutar gracias a la implantación del Estado Democrático de Derecho.

Para ellos no hay mejor homenaje que el de utilizar la vías democráticas por las que perdieron la vida al defenderlas. No hay mejor homenaje que haciendo que la gente recupere la confianza en esto que hoy llamamos política, en esto que un día separó a España en dos, en esto que un día separó familias, provincias, pueblos y regiones. 

Y es que la política es más importante de lo que parece a simple vista. Una vez más, muchos se equivocan al fiarse de la apariencia de una palabra que no hace daño, que no ostenta un fusil entre las manos sino que la única arma que posee es la que yo considero más valiosa: la palabra. De ahí, el título de mi blog, el valor de la palabra. La palabra vale, la palabra une y separa, pero quedémonos con lo bueno y por tanto, en lugar de restar y dividir, sumemos y multipliquemos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Maria,

La política, actualmente y por desgracia, no está organizada por políticos... muy pocos son los que luchan sinceramente por defender sus ideas y servir a los demás.

Anónimo dijo...

A usted cualquier día le van a meter el la penitenciaría por defendesr derechos, valores, sentimientos u opiniones que como dice la ley libertad de expresión me parece fenomenal. Y ójala muchísimas mas personas pensasen como usted.
un cordial saludo

Marc Martínez Navarro dijo...

Coincido en todo menos en una cosa... Jeje

Opinión personal, que sonará tal vez "un poco" marxista. Para mi la Revolución Francesa, si bien es un paso muy importante en la emancipación del hombre, no constituye una verdadera revolución de libertad, sino mas bien, una revolución interesada de la burguesía que lo que buscaba era implantar el orden del día en lugar del que establecía la monarquía. Después de la Revolución Frances surgieron movimientos como la Ilustración, elitistas a más no poder, donde el lema era "para el pueblo pero sin el pueblo" que creo que no respondían a la palabra libertad, un ejemplo claro es el que aún después de la Revolución, existió una democracia, pero censataria donde sólo una parte muy reducida de ciudadanos participaba en las decisiones a tomar, ya que los participantes, tenían que saber escribir y leer, cosa que como comprenderemos todos, sólo sabía una parte de la burguesía, los aristócratas, la iglesia y poco más, dejando a fuera la gran parte de la población que trabajaba en las fábricas como obreros o en el campo como campesinos.

Creo que el debate "interesante" de la Revolución Francesa es: ¿Hasta que punto podemos dejar que una dictadura (entendida como el liderazgo de unos pocos), en este caso los ilustrados, es aceptable siempre que busque el bien general, recordando que los miembros de la Ilustración fueron los promotores de la alfabetización y culturización de la mayoría de la población francesa?.
Y si en este caso estamos de acuerdo en lo que hizo la Ilustración y lo aceptamos como completamente democrático, ¿dónde acaba el que uno pueda decidir por nosotros, como es el caso, por ejemplo de las "dictaduras del proletariado"? No se... este tema es muy complicado y complejo y seguramente empezaríamos a hacernos preguntas y no acabaríamos... porqué... Por ejemplo, Mao, para mi un dictador como muchos que han habido tanto de "derechas" como de "izquierdas" (para que negarlo.... Yo creo que la diferencia en esa época era si demócratas o no) que consiguió alfabetizar a la mayor población de personas de la historia, pero por otro lado también con la "gran hambruna" o la "revolución cultural", murieron millones de personas...
¿Dónde acaba la legitimidad de una persona a "imponer" sobre los demás sus ideales?

En fin... no acabaríamos nunca... :)

luchador dijo...

Nuevo en estos lares voy navegando por este mar de comentarios, ideas, sentimientos, deseos, indignación, preocupación y duda, con el fin de preparar mi intervención en este amplio foro de ideas, en cuanto tenga claro como hacerlo para aportar lo que pueda.
Creo que la Idea Socialista necesita cambiar o enderezar el rumbo pues navega con bastante deriva.
Me felicito por haberme decidido a entrar al foro y poder leer con verdadero interés todo lo que se escribe, escuchar/leer es aprender...a tolerar.
Supongo que desde la cúpula del patido se toma nota de todo lo que aquí se escribe, y sino harían bien en darse cuenta de como están los ánimos de alterados.
Salut.