jueves, 29 de septiembre de 2011

Un volcán de recuerdos.

Llevo más de una semana sin escribir porque realmente no he sentido la necesidad de hacerlo. Todo ha comenzado a ser normal o casi normal en Madrid. Ya han empezado las clases, mis compañeros han llegado a Madrid, y mis amigos y yo nos juntamos cada semana porque sentimos la necesidad de pasar tiempo juntos. A fin de cuentas, el estar lejos de nuestras respectivas casas nos hace unirnos aun más. Son mis amigos, mis compañeros de partido, pero además, son mi familia.

Ayer fuimos a visitar el Congreso de los Diputados con Lucila Corral, diputada del grupo parlamentario socialista por Madrid. La verdad es que la visita fue más que agradable. Es una gran mujer, una gran compañera y una socialista de las de verdad. El paseo por  la Cámara Baja fue más que alucinante. No sabría describir lo que se siente estando allí, es imposible expresar con las palabras correctas lo que puede sentirse sentada en un lugar dónde la legitimidad es absoluta ya que es el pueblo quien decide ponerte y quitarte. El Congreso de los Diputados es el lugar dónde la libertad se hace eco de cada una de las imágenes que le envuelven. Mentiría si dijese que ayer no me acordé de mi abuelo... Mentiría si dijese que no pensé: ojalá estuviese aquí, ojalá pudiese verme...

Hoy es una de esas noches en las que le necesito. Necesito tocarle, abrazarle, decirle que le quiero. Necesito darle las gracias por todo pero también volvería a preguntarle una y mil veces por qué tuvo que dejarme tan pronto y sin avisarme de que ya no volvería.

Ayer vi al rey de cerca. Aproximadamente 10 metros eran los que nos separaban, quizás menos. A pesar de que soy una fiel defensora de la República -y todos ya los sabéis- he de deciros que siento admiración por el rey Juan Carlos. Tuvo un papel muy importante en la Transición de la dictadura a la democracia, y eso es un mérito que el pueblo español ha sabido reconocerle a lo largo de los años. Le noté algo desmejorado, pero ahí estaba, junto con José Bono y José Luis Rodríguez Zapatero despidiendo la legislatura y él último mandato de nuestro todavía Presidente del Gobierno.


Fue un día magnifico. Zapatero se acercó a saludarnos, estuvo charlando con nosotros, preguntándonos de dónde éramos, como nos llamábamos, que estudiábamos... y de paso, intercambiamos unas palabras. Y todo comenzó porque me dirigí a él y le dije: "España necesita más politólogos". El me respondió que "tan importante era el derecho como la política", algo con lo que yo estoy de acuerdo. Yo trataba de decirle que las Administraciones necesitan tener cerca politólogos, porque a fin de cuentas, somos expertos en la política, en la teoría y podemos llevar a cabo la práctica. La conversación finalizó cuando Zapatero nos animó a practicar la política y nos pidió que confiásemos en la democracia.

Le notamos algo triste al principio, y es una pena. Le ha tocado vivir una época complicada. Se habrá equivocado en algunas decisiones pero eso no le hace ser mal político ni mala persona porque no es ninguna de las dos cosas. Gana en las distancias cortas. Es una persona cercana, sencilla y capaz de transmitir lo que siente sin necesidad de complicar su lenguaje. Ha hecho por este país más de lo que muchos se piensan. Ha otorgado derechos a los que antes eran diferentes y ahora son iguales; ha tratado de que se hiciese justicia con las víctimas de una dictadura que represalió a miles de españoles; ha prestado atención en aquéllas personas que más necesitan los ciudados de los suyos; ha hecho lo posible y lo imposible por establecer la completa igualdad entre hombres y mujeres; ha aumentado la inversión en becas para que todos estemos en igualdad de oportunidades... Ha tratado de que todos, absolutamente todos, pudiésemos disfrutar de una vida digna de ser vivida. Y aunque las cosas últimamente han sido diferentes, yo hoy, voy a defender a Zapatero. Lo voy a defender, frente a aquéllos que le insultan día tras día, frente a aquéllos que le menosprecian personalmente sin conocerle, frente a aquéllos que tratan de desprestigiarle a él y su familia, frente a aquéllos que hacen la crítica fácil, la que va a hacer daño. Y le voy a defender porque creo que es un buen político y ha sido un gran presidente que ha podido luchar contra todo pero no contra lo inevitable en todo el mundo.

A mi abuelo le hubiera encantado poder estar conmigo todo el dia de ayer. ¿Sabéis qué? Le echo mucho de menos. Llevo afiliada a Juventudes Socialistas desde que tenía 16 años y en diciembre hace un año que me afilié al PSOE. Me costó dar el paso. Estábamos en un momento complicado, y por eso lo hice. Lo hice pensando en él, en que hay muchas cosas que cambiar y sólo puede hacerse desde dentro. Me afilié porque creo en un modo de hacer política que va a progresar en los próximos tiempos, creo en una IDEA de Política que no tiene por qué ser única sino diferente. Creo en la crítica constructiva, en la necesidad de que existan diferentes tipos de opinión y en el hecho de que un partido se compone de personas -militantes- y que sin ellos, nada sería posible.

Y bueno, simplemente me queda agradecerte a ti, el haber hecho posible que hoy, entre lágrimas, pueda irme feliz a la cama. No es necesario que te mencione, tan sólo te digo y puedo decirte que te espero en Madrid.

María.

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