En la vida se presentan múltiples oportunidades de triunfo pero hay que saber a ciencia cierta que estamos ante un nuevo punto de inflexión en nuestra existencia.
Hay trenes que sólo pueden cogerse una vez y estaciones transitadas miles de veces por cada uno de nosotros, lo que implica que quizás en ocasiones, tengamos más oportunidades de triunfo de las que nos pensamos.
Un momento, un lugar, a veces tan sólo un instante, el aquí y ahora, eso es lo que nos hace falta para tomar el camino hacia el que queremos embarcar nuestras vidas.
Es cuestión de hacer un crucero surcando los siete mares, un crucero atrevido pero a la vez modesto que sea capaz de llevarnos a lugares insospechados, a paraísos inmundos hayados en cualquier lugar del mundo y apartados de cualquier estación de tren nunca antes transitada por nosotros...
No es más que ser capaces de llegar a imaginar un lugar y un momento, el lugar y momento adecuados en que todo fluye con total naturalidad... un lugar y un momento en que la brisa del viento roce tu rostro, se adentre en tus pensamientos y acapare tu sonrisa como si de un barco en popa a toda vela se tratase.
No hay más que hacer volar la imaginación para llegar a lugares insólitos, destinos inesperados y un futuro alentador que nos haga llegar hacia dónde siempre quisimos estar y de dónde nunca querremos volver.
En ocasiones dejamos que nuestra imaginación se apodere de nuestras manos para hacernos escribir lo que quizás en un momento dado no hubiéramos escrito... Es decir, nos hacemos transparentes ante el mundo, tenemos la capacidad de hacer ver lo que no es, y viceversa... Llegamos a leer más allá de lo está escrito, más allá de lo imaginable dando rienda suelta al corazón frente a la razón, ¿y qué ocurre? que nosotros mismos caemos en el error de descubrirnos y destaparnos, de hacernos vulnerables ante el resto y de hacernos aun más transparentes de lo que ya éramos.
Siempre hay alguna canción capaz de expresar lo que en un momento dado sentimos. Ahora presiento dentro de mi un cúmulo de sentimientos inciertos a la vez que inesperados, sentimientos agolpados queriendo salir fuera con motivos o sin ellos... Personas que aparecen, puntos y finales que nunca llegaron a serlo y capítulos de la vida que continúan... porque... uno no se pelea si dos no quieren.
El cariño es algo que no vale dinero, pero como todos sabéis, las cosas que no valen dinero son las que más deben valorarse. El dinero va y viene, pero siempre necesitaremos un hombro en el que apoyarnos, una persona a la que abrazar y besar, cariño que recibir y regalar... ¿De que nos sirve vivir si siempre estaremos solos? ¿Sirve de algo la vida si no la puedes compartir con nadie? O mejor dicho, ¿sirve de algo la vida si no podemos compartirla con aquellas personas a las que queremos?
Abrazos gratis, besos gratis, caricias gracias... Cuando llegue el día en que alguien pueda llegar a valorarme del mismo modo que yo le valoro a él, podré decir que ha llegado el momento de enamorarme como nunca antes lo he hecho. Mientras tanto, y tras haber reflexionado, llego a la conclusión de que el amor es libre porque todos tenemos derecho a acceder a él.
Buena semana para todos ;)
María.
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