sábado, 13 de agosto de 2011

Capítulo 1: El día en que le conocí.

"Todo comenzó en una tarde de verano,  en una ciudad acogedora y entrañable y en un ambiente discernido.
La sensación que tuve al verle fue extraña... algo se estremeció dentro de mí, pero no sabía exactamente cómo y por qué me ocurría eso. No entendía por qué al mirarle lo hacía de manera distinta al resto, ni por qué la sonrisa se dibujaba en mi rostro sin motivo alguno… En realidad, me paré a pensar unos segundos, y sí tenía motivos, no había mejor motivo que sentir la sensación de complicidad con alguien a quien ni siquiera conoces, y ya no sólo eso, con alguien con quién nunca has mediado palabra.
No le conocía de nada pero tenía interés en hacerlo. Corría el riesgo de tener un no por respuesta, pero por suerte eso no sucedió.
Cruzamos miradas, gestos de complicidad y me tiré a la piscina sin miedo. Por un momento sentí que me haría daño pero al instante se me borró esa fugaz idea de la mente. Estaba a gusto, riendo y sonriendo, estaba feliz.
A veces existe más comunicación escrita y a través de los gestos que con palabras a viva voz. No sé por qué muchos se empeñan en decir que no se conoce a una persona a través de sus palabras plasmadas en un papel o mismamente con sólo mirarle a los ojos.
Sentía tranquilidad al tenerle cerca. No a mi lado, pero sí cerca. En un lugar dónde pudiese verle, observarle, dónde pudiese percatarme de que todo estaba a salvo. Me ponía nerviosa de sólo pensar que todo eran imaginaciones mías, tenía miedo… es eso, miedo.
El miedo nos invade, nos hace ser vulnerables y débiles ante el resto, pero a la vez, el miedo nos hace cometer locuras. Locuras que hacen honor a su nombre cuando se cometen en nombre del amor. El amor no existe, nunca le he conocido. He creído conocerlo muchas veces pero al final todo se esfumaba. Eran sueños, simplemente eso, sueños.
Me desperté algo nerviosa, tenía un leve recuerdo de lo acontecido pero no sabía si algo tenía que ver con la realidad o todo había sido producto de mi imaginación. Giré la cabeza y le vi a mi lado, no había sido un sueño.”

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