jueves, 1 de mayo de 2014

La estrella de los tejados.



Hace un año por estas fechas daba comienzo la cuenta atrás en mi cronómetro particular. Un mes después, pondría fin a mi etapa en Madrid. Estaban por pasar muchas cosas, unas mejores y otras que no lo serían tanto. Idas y venidas, puntos seguidos, puntos y a parte, y puntos finales. Pero yo estaba feliz, y el motivo estaba bien claro: Volvía a mi tierra a continuar mi vida, dando comienzo a una nueva etapa. 
Y atrás quedarían los domingos en Plaza España, el Parque del Oeste o el Retiro, o esos tan distintos que pasaba observando los inmensos paisajes de Extremadura desde el tren cuando iba camino de Madrid.
Atrás quedaba correr para no perder el autobús y llegar tarde a la universidad o a un examen, mis paseos por la villa, cafés en mis rincones preferidos, reuniones en Ferraz o actos inmejorables con compañeros, pero sobre todo, con amigos.

Madrid es esa ciudad que te otorga la oportunidad de poder ser tú misma, un lugar en el que a veces todo es frío si no se aprenden a apreciar las pequeñas cosas. En Madrid pude conocer lo mejor de mí misma, aprendí a dar valor a lo que quiero y a quiénes quiero, y sobre todo, a valorar el sentido de las oportunidades. 
Al volver sentía que tenía que recuperar esa vida que dejé atrás cuando decidí que mi etapa universitaria quería vivirla fuera de Olivenza, lejos de Badajoz, y fuera de Extremadura. Y mirad, como cambia la vida, volví queriendo tener a mi familia cerca, compartí con ellos un gran verano, pero poco a poco fui sintiendo que había cosas que jamás volverían a ser cómo antes. 

Mi tío luchaba cada día pensando que la vida, su vida, debía seguir hacia adelante. Yo confiaba en él, en que podía conseguirlo. Hace un año por estas fechas, cuando apenas quedaba un mes para acabar mi carrera, me preguntaba: "¿Y ahora que vas a hacer?", y si os digo la verdad, no recuerdo cuál fue mi respuesta, ni siquiera yo lo sabía. Dejé pasar el verano, y a principios de septiembre decidí que mi nueva etapa comenzaría en la Universidad de Extremadura. Creo que fue una decisión acertada, pues a pesar de agotarme física y psicológicamente a veces, puedo decir que soy feliz. 

Hace justo dos meses esta felicidad se vio truncada, no sólo para mí, sino para mi familia. En un día como el de hoy, el 2 de marzo, a mi abuela le daba un infarto y por última vez podía compartir un ratito de mi vida con mi tío. Aun a día de hoy se me hace extraño saber que no volveré a verle. Qué complicado es sentir que quiénes más te han querido no volverán... Es una sensación que por mucho que lo intente jamás podré explicaros. Veréis, esa tarde me miró y me dijo: "Estás loca", y yo asentí, apenas sabía que decirle, trataba de aguantar mis lágrimas, tan sólo le miré, sonreí y le di muchos besos. Sentí que ese sería el último abrazo que le daba, con la mirada traté de recordarle cómo lo que había sido, y la imagen de lo que fue no tardó en aparecer en mí retina. 
Me despedí mientras me decía: "Disfruta de la vida, que es muy corta". Mi tía me miraba, y no decía mucho más. Yo sentía que tenía que irme de ese lugar, odio los hospitales, pero a la vez, quería pasar más tiempo con él. Sentí que todo el tiempo que había pasado a su lado había sido poco, que nunca le había dicho que le quería, y de hecho no se lo dije, ¡qué tonta fui dios!. ¿Pero cómo le explicaba por qué quería despedirme de él? No podía hacerlo. Él quería seguir luchando, y lo hizo hasta el último segundo de su vida. Mientras me iba me decía: "Nos vemos la semana que viene si Dios quiere", y nunca más lo vi vivir.

Hoy no ha sido un día fácil, y por eso quiero aprovechar cada segundo de mi vida. Si estuviera aquí, estos días me habría notado feliz, me habría preguntado por qué, y seguramente, yo se lo habría contado. Trato de valorar lo que tengo cerca, mi tiempo es oro pero al lado de quien se quiere pasar, pasa rápidamente y siempre estamos dispuestos a dar más. Quizás me esté ocurriendo algo parecido, aunque no sé si a él le ocurrirá lo mismo.

Feliz Día de la Comunidad de Madrid a todos los que seáis madrileños y disfrutadlo quiénes tengáis la suerte de vivirlo de cerca. Yo elegiría el Retiro para pasar parte del día, el Palacio de Cristal es una de mis fuentes de inspiración.

Buenas noches,

María. 

No hay comentarios: