lunes, 11 de febrero de 2013

Un lunes de Carnaval.



Estos Carnavales los voy a recordar siempre, por lo que han sido y por lo que no me imaginaba que serían.
Por primera vez no los he pasado en Olivenza, y que me perdonen, pero si ha sido así es porque necesitaba vivir de verdad un Carnaval donde se oyen tambores a cualquier hora y donde la magia te envuelve por febrero. Puedo decir que la misión está cumplida.

El viernes las inmediaciones del López de Ayala estaban abarrotadas de gente disfrazada. Se escuchaban tambores, las murgas iban saliendo y entrando en el teatro y vi una ciudad iluminada y llena de alegría. Ni siquiera el frío y los escasos grados que acompañaban a la ciudad de Badajoz la convertían en un lugar oscuro ni mucho menos helado. 

Me venían a la mente multitud de recuerdos de mis 10 años en los Watussis. Y es que los años pasan pero el sentimiento comparsero que yo tengo dentro no se va ni a la de tres. A veces creo que nunca lo hubiera dejado de no ser porque la comparsa pasó a ser historia. Si a día de hoy siguiera existiendo, muy probablemente yo seguiría ahí. Pero de haber sido así, nunca habría subido a un escenario a cantar mis propias letras, y no sabría lo que significa estar en una murga. 

El viernes me paró mucha gente para saludarme, y cuando alguien me decía: ¿Eres María Olivenza? Entendía que las 2000 y pico de personas que me siguen en twitter leen lo que escribo. Les dije que a veces se me iba un poco la cabeza porque soy muy impulsiva y directa, y me dijeron que eso era lo que me hacía ser única. 

Ver las comparsas subir hasta la catedral tocando y bailando, escuchar a La Caidita, Al Maridi, Los 3w, Sikitrakys... todo eso me hizo pensar, y es que no puede pasar un carnaval más sin que yo vuelva a disfrutarlo de lleno y con compromiso. Cuando me comprometo con algo, lo hago con todas las de la ley, y al igual que decidí aquel 2006, un lunes de Carnaval, que al año siguiente saldría en la murga, hoy decido que el año que viene no lo paso de espectadora sino de participante. 

Vuelvo por febrero, por Carnaval.

Gracias por estos Carnavales y por haberme hecho disfrutar como una niña con juguete nuevo, a todos los que lo habéis hecho posible, mil gracias.

María Núñez. 

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