martes, 3 de noviembre de 2009

Arriesgué, pero no gané...

Si un día nos planteamos arriesgar, lo hacemos pensando que vamos a ganar, pero, sabemos, que es posible que eso no sea así, y que en vez de ganar, podemos llegar a perder lo que tanto ansiamos.

De otro modo, si nunca arriesgásemos, no sabríamos dar a las cosas el valor que merecen. Ni siquiera sabríamos que se siente cuando alguien te dice: mira... lo siento, pero lo nuestro es imposible.

¿Os lo han dicho alguna vez? ¿Habéis sentido que queríais a alguien, que lo dábais todo, que todo parecía perfecto, y ha llegado el momento en que todo se ha desvanecido?

Si es así, os comprendo, ahora más que nunca. Y ahora más que nunca comprendo, lo que puede llegar a sentir una persona, que estando enamorada, siente que tiene que dejar de estarlo porque si siguiese así, seguiría pasándolo mal...y encima gratis.

Tengo 19 años y a veces pienso que he perdido el tiempo en mi vida en muchas ocasiones. Pienso que no he disfrutado todo lo que debería haberlo hecho.

Siento, aunque me cueste decirlo, que no me han valorado como me hubiese gustado. Será hoy, siento todas estas cosas porque me he dado cuenta realmente que querer a alguien es algo realmente grande, pero que más grande sería, sentir, que ese alguien, te quiere tanto como tú a él.

Voy a ser más sincera que nunca, algo que mucha gente, en concreto, muchos tíos, son incapaces de hacer.

Por favor, un llamamiento: Si no queréis a una persona, por lo que sea, decírselo, pero a la cara, sin rodeos... que las verdades duelen, pero se olvidan; y lo peor que se puede hacer, es crear falsas ilusiones y dejar esperanza cuando sabéis 100% que jamás, podría salir de vosotros, el dar un beso, una caricia o un abrazo a esa persona.

No os dejéis pisotear por nadie, POR NADIE, en absoluto. Y no penséis, que siendo más altas, mas delgadas, con el pelo rubio, y los ojos azules, podríais conseguir más. Porque sí, conseguiríais más, pero no conseguiríais sentiros realmente valoradas por lo que sois, sino, por lo que tenéis.

Es triste decirlo, pero esta sociedad es así de superficial, incluso nosotras, lo primero que miramos, lo primero que nos entra por los ojos es el puto físico, pero luego... ¿podéis decirme dónde queda eso? Es lo primero que se pierde... LO PRIMERO.

No sabría decir si he aprendido la lección o no, pero he aprendido a ser valiente, a luchar, a intentarlo, y a romper una gran barrera que me tenía oprimida por completo: la barrera del miedo, la barrera de enfrentarme a mis propios prejuicios, la barrera que no me dejaba ser feliz ni tampoco me dejaba caerme, pero tampoco levantarme. Eso, sí lo he superado.

Dejo las puertas abiertas, las ventanas... lo dejo TODO... quiero ser feliz, creo que me lo merezco.

Alba, Ana, Isa, Lidia, Marta...GRACIAS de verdad.

Un besazo enorme.

No hay comentarios: