sábado, 5 de octubre de 2013

Pasan aviones...

Había olvidado lo que era ver pasar aviones al mirar por mi ventana mientras estudiaba. Todo este tiempo fuera me ha hecho crecer como persona, y con ello, irremediablemente cambiar.
La madurez es eso que llega sin que nos percatemos, o sí, lo hacemos porque sentimos que constantemente pasamos por etapas transitorias. Estas etapas quizás hagan que nuestra mente se evada al pasado más de lo debido, recuerda lo que queremos y quizás también lo que no queremos que recuerde. Ella selecciona por nosotros, lo hace sin preguntar, y nosotros inconscientemente y sin querer nos preocupamos, paramos el tiempo y a la vez lo dejamos pasar.

En ocasiones, no decidimos en total libertad, siempre hay factores externos que nos condicionan. Hace mucho leí algo que llamó mi atención, estamos en crisis cuando pensamos y decidimos. Y es que antes de una decisión siempre necesitamos pasar por un proceso de pensamientos constantes.

Es muy probable que sean pocas o quizás ninguna las personas que nos entiendan. Además, es más que probable que quiénes más nos importen sean quiénes menos nos entiendan. No obstante, rendirse no es el camino del éxito, aunque sean imprescindibles para nuestra salud esos momentos de soledad para seguir conociéndonos a nosotros mismos con el fin de que los demás puedan conocernos mejor.

Todo esto es importante para que en libertad podamos pensar y decidir lo que sintamos que nos puede hacer más felices. Cuando tomamos una decisión por nosotros mismos podrá ser más correcta o menos correcta pero es nuestra decisión y no la de los demás.
En cambio, si son otros los que nos imponen sus propias decisiones sentiremos que el camino de nuestras vidas está siendo teledirigido por otros y sentiremos que no estamos viviendo nuestra vida.

En un momento determinado algo nos puede parecer injusto o inentendible, pero cuando pase el tiempo, quizás logremos entender el por qué.

Constantemente elegimos entre opciones, ganamos una cosa para perder otras, eso es lo que llamamos coste de oportunidad. No siempre sucede lo que nos gustaría, en ocasiones no depende de nosotros. Por eso es imprescindible seguir hacia adelante, porque lo que sucede, primero se imagina.

No hay comentarios: