domingo, 10 de junio de 2012

Cuestión de confianza.


Cuando las cosas van bien, no somos capaces de valorar lo que realmente tiene valor, en cambio, cuando las cosas no van tan bien, somos capaces de aprender a valorar lo que quizás antes no nos habría causado sensaciones tan sumamente satisfactorias.

En los últimos tiempos he reforzado algo que ya sabía que existía: El valor de la lealtad, la amistad y la confianza.

En tiempos en los que lo "interno" se filtra a lo "externo" a veces no siendo todo lo real que fue, me ha dado por ponerme a hacer esto que se llama pensar, y he llegado a varias conclusiones. La primera de ellas es sin duda que la LEALTAD no cae del cielo sino que alguien se la gana a base no sólo de palabras sino también de hechos que demuestran que se convierte en merecedor de la misma. 

Llegados a este punto, entiendo que la AMISTAD (pero la de verdad) es el motor fundamental para que esto se produzca. Alguien es leal a quien se lo gana a base de esfuerzo y de motivos. Tuve motivos para ser leal a unas siglas, a una organización y sobre todo a una persona que depositó en mi su confianza casi desde que me vio por primera vez. La CONFIANZA ni se compra ni se vende, se gana. ¿Y sabéis como se gana? Teniendo como mejor aliado al trabajo, la ilusión y la lealtad.


Tengo que hablar del pasado para poder hablaros de presente. Y es que hace unos días tuve la oportunidad de poder aclarar con una compañera malos entendidos. Le contaron de mi una realidad de que no existía y que por tanto se basaba en un espejismo, y tuve la oportunidad de poder mostrarme tal y como era, tal y como siempre he sido para que viese que todo lo que anteriormente había creído de mi nada tenía que ver con lo que realmente era. 

He tenido tiempo además de sentarme tranquilamente con el que desde hace más de 8 años considero uno de mis mejores amigos, profesional donde los haya y una persona que consigue todo lo que se propone porque ganas, ilusión y esfuerzo no le faltan. Hemos trabajado juntos en muchas cosas, y estoy convencida de así seguirá siendo. Somos un equipo, porque para ser un equipo se necesitan esas tres cosas: Lealtad, Amistad y Confianza.

Hace casi dos años, la primera vez que tuve delante a quien a día de hoy conforma algo importante en mi vida, le juzgué sin antes depararme a conocerle. Hice oídos sordos de lo que tenía delante fiándome de lo que decían quienes nada sabían de él. Cometí un error, y lo subsané. A día de hoy, puedo decir y digo que es una de las personas más leales que he conocido en mi vida. Sé que para él, el valor de la amistad y la confianza están por encima de cualquier interés, ya que la lealtad bien merecida está por encima de cualquier interés.

Lo que trato de deciros hoy es que ante la necesidad de cambiar el mundo y darle la vuelta, necesitamos que se recuperen valores tan importantes como la Lealtad y la Confianza. Insisto en la idea de que ni se compran ni se venden, simplemente se ganan, y no precisamente a base de dinero sino a base de trabajo y meritocracia.

Me quedan seis días para dejar esta ciudad donde he disfrutado, he llorado, he reído y he aprendido, pero sin duda me llevo amigos, de los buenos, entre los que se encuentran Ruth y Borja. Por haber estado, por estar y porque sé que seguirán estando.

Comenzamos...

María ;)

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